Los estudiantes y padres de familia de la Institución Educativa José Antonio Ricaurte, en Ibagué, también tomaron las vías de hecho debido a la emergencia escolar que viven.

Q’HUBO dialogó con Karen Soto, que tiene dos niños estudiando en el plantel educativo y explicó cómo están recibiendo clases sus hijos.

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“El más pequeño, que cursa tercero, está en alternancia. Una semana asiste a la escuela Carlos Blanco Nassar y la siguiente recibe clases virtuales. El grande, que cursa bachillerato, también está en alternancia. Cuando asiste de manera presencial, lo hace a la sede principal, donde demolieron una parte del colegio”, expresó. 

Su gran preocupación es que esta semana le informaron que a partir del próximo lunes, el niño que está en primaria recibirá clases en el salón comunal del barrio o en la sede de Acuaricaurte. Decisión con la que ella, y la mayoría de padres, no están de acuerdo.

“Es una mala decisión porque para acomodar a los estudiantes grandes, van a perjudicar a los pequeños. Los niños de primaria siempre han estudiado en la sede Carlos Blanco. Ya se sacrificaron con la alternancia y ahora peor si los envían a otros lugares. No tienen en cuenta que son pequeños y en otros sitios corren riesgo. Además en esa sede no cabe todo el bachillerato porque es una sede pequeña”, refirió.

Por su parte, Ani Paéz, personera de la Institución, advirtió que la construcción del nuevo megacolegio no ha iniciado. “Décimo y Undécimo estamos estudiando en la sede principal, entre lo que demolieron. Otros de bachillerato tienen que ir hasta el Guillermo Angulo Gómez, en el Yuldaima”, dijo.

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Por su parte, el rector Florencia Cruz Vélez, agregó que hay deficiencia en la entrega de refrigerios: “Tenemos dos mil 300 alumnos y nos llegan 230 refrigerios, la cobertura no llega ni al 10 por ciento”. 

El secretario de Educación municipal, Manuel Rodríguez, llegó al sitio y se reunió con los padres. Uno de los acuerdos fue gestionar presupuesto de 60 millones de pesos para adecuar la sede Carlos Blanco y buscar un lugar adecuado que puedan arrendar para que los muchachos reciban clases.