En un comunicado en video, leído por uno de los comandantes, la disidencia de las Farc pide perdón por el atentado, pero a la vez asegura que “los que se afanaron con esta guerra les manifestamos que ahí la tienen, sin descanso y sin cuartel“.

Este frente, que dice actuar “bajo las determinaciones del secretariado general de las Farc”, vuelve a dirigirse a “todo aquel que de manera directa esté vinculado a las acciones demenciales del Eln” para asegurar que “no les daremos tregua, que pueden esconderse donde quieran, hasta debajo de las rocas, los buscaremos“.

Organismos oficiales aseguran que el enfrentamiento entre estos dos grupos armados en los municipios de Saravena, Fortul, Tame y Arauquita han dejado 34 homicidios, unas 2.000 personas desplazadas, 2 secuestros, el confinamiento de comunidades indígenas y la amenaza generalizada a líderes sociales y presidentes de Juntas de Acción Comunal.

A comienzos de este año, el Eln desató una serie de ataques contra supuestos miembros del Frente Décimo y Veintiocho de las disidencias, o personas supuestamente vinculadas (o inocentes) a ese grupo.

Las disidencias, antes de la declaración de guerra de este viernes, ya habían dicho que estaban “dispuestas a la confrontación” y desde entonces han amenazado a activistas, defensores de derechos humanos y sindicalistas, han impuesto restricciones a la movilidad entre municipios y amenazado a la sociedad.

Este 19 de enero sucedió el evento más significativo: la explosión de un carro bomba tuvo lugar en el centro del núcleo urbano de Saravena, donde funcionan comercios y oficinas. Aunque al parecer tenía como blanco la sede de la Fundación de Derechos Humanos Joel Sierra, los mayores daños los sufrió la agencia local del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), donde trabajaba la única víctima, un vigilante.

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El Frente 28 justifica su “acción legítima” por los asesinatos selectivos y, asumiendo la autoría del atentado contra el “centro de mando urbano” del Eln, aceptó que “se han presentado daños colaterales que han afectado los bienes de la población civil y generado zozobra”.

“Expresamos nuestras disculpas y asumimos nuestra responsabilidad. Autocríticamente lamentamos que esta confrontación afecte de manera directa, aclarando que la población civil está fuera de nuestro objetivos militares”, señalaron.

En Arauca, ambas guerrillas ya se enfrentaron entre 2004 y 2010, dejando una lista de medio millar de civiles muertos y una gran cantidad de bajas en las filas de ambos grupos. De ahí salió un acuerdo, una especie de “manual de convivencia”, donde aceptaron respetar sus territorios y no enfrentarse entre ellos, lo cual se siguió respetando tras la desmovilización de las Farc.

Sin embargo en los últimos meses estos dos frentes, que se cree que está coordinado por las disidencias nacionales de alias ‘Gentil Duarte’, han crecido en tamaño y amenazado la hegemonía que tiene el Eln en esta parte del país y en el lado venezolano, donde se calcula que están entre el 60 y el 70 % de sus efectivos.