El segundo ciclo de negociaciones entre el ELN y el Gobierno Petro arrancó este lunes en medio de tensiones del ala más radical de esa guerrilla y de la polémica renuncia a su rol como “facilitador de paz” del abogado Álex Alberto Morales, quien calificó la paz total como un nido de “confusión, desorden, caos y deslegitimación de las instituciones del Estado”.

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Mientras en México las dos delegaciones de paz asistían a un evento ofrecido por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en Colombia el Comando Central del ELN lanzaba duras críticas a las negociaciones y al manejo que le han dado el presidente Gustavo Petro y su alto comisionado para la paz, Danilo Rueda, a los acercamientos de paz con múltiples bandas narcoparamilitares como el Clan del Golfo y las Autodefensas de la Sierra Nevada de Santa Marta.

“Nos venden la idea de paz total donde nos echan a todos en la misma bolsa, no nos distinguen de grupos paraestatales que han tenido licencia para usar motosierra (…) sigue afincada la política del enemigo interno, ¿dónde están los cambios?”, se preguntó esa guerrilla en un comunicado oficial en el que retó la principal bandera de Petro, quien promete ser “el Gobierno del cambio”.

Pero las críticas de las tropas del ELN -que ya se han vuelto costumbre en medio de la negociación y que distan de los supuestos consensos a los que están llegando los jefes negociadores de esa guerrilla, no son las únicas que tienen la paz total en el ojo del huracán.

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Cuestionamientos como los del abogado Morales han llegado desde las entrañas de las negociaciones que se han llevado a cabo en las principales cárceles del país y que él, que las conoce de cerca porque representa a Los Pachelly y a La Oficina, tilda de desordenadas y polémicas.

“Renuncio a la resolución porque no tiene criterios y por los últimos escándalos, pero no a los que represento. Con ellos seguiré trabajando”, le dijo Morales a este diario.

El abogado de dichos grupos narcoparamilitares fue nombrado el pasado 19 de octubre para “verificar la voluntad real de paz y reinserción a la vida civil, así como la voluntad de sometimiento de los grupos armados organizados”, tal como dicta la resolución a Resolución 049 autorizada por Rueda.

Pese a ello, Morales asegura que el alto comisionado no responde a los derechos de petición y que a su rol le hacía falta “claridad, requisitos y criterios para la entregar” los diferentes beneficios que permite otorgar la nueva Ley 2272 de 2022, más conocida como paz total.

De hecho, Morales asegura que ni Rueda ni ningún funcionario del Gobierno se ha reunido con él o le contestaba a las múltiples cartas y actas de trabajo que él enviaba solicitando respuestas.

Por ahora, las negociaciones con el ELN avanzarán en un ciclo de 20 días en los que la guerrilla y el Gobierno pretenden pactar dos puntos claves: el cese al fuego bilateral y la participación de la sociedad, dos líneas que no avanzaron en el pasado ciclo de conversaciones en Caracas, Venezuela.