La información se conoció horas después de que el cuerpo del joven de 22 años hubiera sido encontrado en la capilla de la Penitenciaría El Bosque, en Barranquilla.
En primer lugar, el Inpec confirmó que ‘Pupileto’ estaba en aislamiento en la zona aledaña a la capilla del penal, “al ser paciente positivo de COVID-19”.
El recluso de 22 años es uno de los 8 contagiados que esa entidad había confirmado en ese penal, donde ya hay 17 en total.
No obstante, la Fundación Caribe Afirmativo, que defiende los intereses de la comunidad LGTBI en esa zona del país, aseguró que “ni su abogado ni su familia tenían conocimiento de dicho diagnóstico” y pide “verificar si esta información es cierta”.
De ser así, asegura que se deben asegurar los protocolos por parte de Medicina Legal para una correcta necropsia, pues afirma que la pandemia “no puede ser excusa para que una muerte violenta no sea debidamente investigada”.
La organización toca el segundo elemento y le pide a la Fiscalía que atienda las denuncias que había hecho la defensa de ‘Pupileto’ sobre presuntas violaciones a sus derechos y que actúe si encuentra signos de violencia que desvirtúen la hipótesis inicial sobre un posible suicidio del joven.
En ese mismo sentido, la defensa pidió que su cuerpo no sea cremado hasta que no se establezca con claridad la causa de la muerte en la necropsia, indicó El Heraldo.
Además, el abogado Hernán Varón le dijo al diario que Osorno Márquez fue violentado “por varios internos y con el conocimiento la autoridad garante de la ejecución de la pena, Inpec”, y añadió:
“Esos hechos de violencia sexual fueron denunciados por Daniel al Inpec y en el servicio de sanidad de la Penitenciaría El Bosque se le practicó un examen médico en donde se dictaminó que había sido víctima de acceso carnal violento”.
Varón aseguró que el hecho fue “encubierto” por el Inpec, pues en varias ocasiones pidió que se le entregará la historia clínica que constataba esos abusos y “la autoridad correspondiente se negó en repetidas ocasiones a entregar dicho documento, impidiendo denunciar los hechos”.
Y en el mismo sentido aparece un tercer elemento y es que su abogado, con al apoyo de Caribe Afirmativo, afirma que otros internos y guardianes convirtieron a ‘Pupileto’ en un “objeto de burla, discriminación y tortura por su orientación sexual”.
Wilson Castañeda, director de la fundación, amplió la denuncia en ese mismo diario y dijo que el recluso era víctima de tratos denigrantes y “se le estaban negando sus derechos dentro del penal a razón de su identidad de género”, tales como “el tiempo de descanso y recibir visitas”. Además, “lo golpeaban, insultaban e incluso dejaban sin comida muchas veces, haciendo mención a que era un hombre gay”, añadió su abogado.
Varón y Castañeda aseguraron que esas situaciones motivaron que Osorno Márquez se fugara del penal en mayo pasado y regresara luego de que su familia lo entregó; fue llevado a un calabozo y el 26 de mayo intentó escapar de nuevo, pero no lo consiguió y este lunes hallaron su cuerpo con signos de estrangulamiento.
‘Pupileto’ cumplía una condena de 3 años y 10 meses por hurto agravado. Su caso se hizo famoso porque fue capturado y dejado en libertad más de 10 veces, al tiempo que exhibía lujos en redes sociales con los objetos robados.
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