Los enfrentamientos entre la guerrilla del Eln y la columna móvil Jaime Martínez de las disidencias de las Farc provocaron el desplazamiento de hasta 266 personas hacia Buenaventura (Valle del Cauca). Todos provienen de la vereda Bocas de Mayorquín, donde se agudizó en los últimos días la disputa entre grupos armados ilegales.

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Según la Defensoría, la población es afrocolombiana y pertenece al Consejo Comunitario Mayorquín. Se trata de 266 víctimas del conflicto, entre las que se encuentran 124 familias, 111 mujeres, 57 niños y 50 niñas. La institución reporta que, como las disputas siguen en vivo, las cifras podrían aumentar.

“Vale recordar que en enero pasado ese mismo Consejo Comunitario había sido afectado por los enfrentamientos de los grupos armados, lo que generó el confinamiento de tres comunidades: Comba, Cacao y Secadero, lo cual pudo ser verificado por los equipos de la Regional Pacífico que adelantaron el acompañamiento a la población”, señaló la Defensoría.

En la zona donde se originó el desplazamiento, reportó la entidad, una persona resultó herida en un pie y varias de las viviendas fueron afectadas por proyectiles de armas de fuego. La Defensoría, por último, reiteró el llamado a los grupos armados ilegales para que frenen sus acciones, ya que “no son muestras reales de querer avanzar en el proceso de paz que impulsa el gobierno nacional”.

Precisamente, el Eln adelanta una mesa de diálogos con el gobierno de Gustavo Petro, con miras a una negociación en la cual la guerrilla se someta a un proceso de justicia transicional. En agosto pasado, además, la columna Jaime Martínez dio a conocer un comunicado su disposición al diálogo.

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Por otro lado, Buenaventura no solo está en conflicto en sus zonas rurales. La Fundación Paz y Reconciliación (Pares) señaló que, además, es posible que se quiebre la tregua entre Shottas y Espartanos. Se trata de dos bandas urbanas, las cuales habían llegado a un acuerdo, el año pasado, para cesar la violencia al interior de la ciudad.

No obstante, el pasado 1 de abril desapareció Super, un vocero de los Shottas. Y oenegés denuncian la intervención en esa guerra urbana por parte del Eln o las disidencias. “Es una paz mafiosa en el fondo, es decir, una paz frágil, y ni las autoridades ni el Estado tuvieron control de ese acuerdo”, señaló Juan Manuel Torres, coordinador de la oficina en el Pacífico de Pares.