Y lo hizo en el momento en que deja la dirección del tradicional espacio informativo en manos del también experimentado periodista Gustavo Gómez.

Preguntado por la revista Semana sobre si las personas deben o no estudiar para ser periodistas, Arizmendi respondió: “Desde luego que hay que estudiar o formarse en periodismo, pero también es cierto que con la carrera no es suficiente”.

Si bien para Arizmendi los periodistas deben tener “unas condiciones naturales, vocación, talento, disciplina”, también es necesario que “la completen con otra carrera o especialización”.

Precisó en la revista, por ejemplo, que para temas económicos o jurídicos sí prefiere “profesionales que tengan una formación básica en esas disciplinas”.

En todo caso, para Arizmendi, tanto en el periodismo de ayer como en el de hoy es un factor inamovible “el rigor, la profundidad y la capacidad de contextualizar”.

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“Un periodista no puede renunciar a ser un humanista, un intelectual, saber de todos los temas, porque está constantemente en un fogueo…”, le dijo Arizmendi a Semana.

También considera que con “personas éticas, ecuánimes, muy profesionales, al frente de los medios” se puede mantener el equilibrio entre informar de manera independiente frente a los intereses económicos de los dueños de los medios.

Sobre la situación por la que atraviesan los medios tradicionales, la calificó en la publicación de “incertidumbre, de confusión, de desorientación, de no saber exactamente hacia dónde vamos, no solo por las audiencias o los ingresos, sino porque el negocio cambió”.

Advirtió que “si la prensa escrita no se especializa y deja de contar las noticias para explicarlas, para profundizar, difícilmente sobrevivirá, y lo más triste es que la crónica y el reportaje están siendo los más sacrificados en esta era digital”.

En cuanto a la televisión, dijo que hay ofertas de más de 200 canales a disposición a través del cable o el internet, “y competir en esas condiciones es muy difícil”. Ve, en cambio, una excepción en la radio “que ha salido favorecida por su propia naturaleza, y porque los costos de montaje y de mantenimiento son mucho más bajos”.

Finalmente, le dijo a Semana que el “panorama más oscuro” lo ve para el periodismo escrito. “En mi casa llega la prensa escrita nacional y regional, y varias revistas, y ninguno de mis tres hijos lee los periódicos. Dicen que son aburridos, que les da pereza, que prefieren las ediciones y publicaciones digitales. Y si eso pasa en la casa de un periodista, imagínese. Lo grave es que lo digital no genera los suficientes ingresos”.