Colombia+20 entrevistó a Hernando Londoño, encargado de la Dirección de Sustitución de Cultivos del Gobierno Nacional, para hacerle un diagnóstico al programa ‘Colombia Sustituye’. Desde esa oficina dicen que la iniciativa quiere llegar a familias campesinas que no han tenido facilidades del Estado para sustituir cultivos de uso ilícito, pero sus detractores la catalogan como más burocracia.

El Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos Ilícitos (PNIS) se pensó en La Habana, Cuba, como el eje central del cuarto punto del Acuerdo de Paz (Solución al Problema de las Drogas Ilícitas). El hecho de debilitar al narcotráfico y de generar desarrollo al interior de miles de familias, cuyo sustento dependió por años de este tipo de cultivos por falta de alternativas legales rentables, se volvió una tarea primordial para el Estado. Sin embargo, entre promesas incumplidas, falta de garantías dentro de la legalidad y por demoras para resolver trámites, algunas de estas familias tomaron el camino de la resiembra.

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Este objetivo de paz inició con tropiezos en 2017, al estar desfinanciado. Desde allí, ha atravesado un camino rocoso que a la fecha tiene vinculados a más de 99.100 hogares, de acuerdo con un informe del Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas (CESED) de la Universidad de los Andes. El alcance del PNIS no ha sido óptimo en Zonas de Manejo Especial (que concentran el 48% de la coca en Colombia), por lo que el gobierno saliente creó el programa ‘Colombia Sustituye’, un complemento al PNIS que en el papel promete un mayor acceso colectivo a los programas de sustitución y de monitoreo. ¿Es tan bueno como lo pintan?

Este diario entrevistó a Hernando Londoño, encargado de la Dirección de Sustitución de Cultivos de la Agencia de Renovación del Territorio (ART), para conocer sus pormenores.

¿Cuál es el balance que tiene frente al programa ‘Colombia Sustituye’ en las zonas del país en las que ha comenzado a implementarse, por ser priorizadas al tener mayores hectáreas de coca?

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Hemos venido desarrollando acciones en los territorios con el fin de implementar la estrategia ‘Colombia Sustituye’ dentro de la cual se encuentra la construcción de los proyectos ‘Hecho a la Medida’. Se ha realizado la gestión para lograr la articulación entidades públicas y privadas, acciones administrativas, técnicas y financieras en cuatro departamentos (Antioquia, Vichada, Nariño y Putumayo, a lo largo de ocho municipios, que ya formularon su estrategia y que actualmente se encuentran en proceso para ser implementados, una vez finalice la ley de garantías.

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En una entrevista con el diario cucuteño La Opinión usted comentó que suscribirse a ‘Colombia Sustituye’ trae mayores beneficios por la forma de ingreso colectivo que las familias tienen al programa. ¿En qué ha cambiado eso con el modelo ya conocido del PNIS?

‘Colombia Sustituye’ contempla una serie de estrategias que se fundamentan en la compresión de las particularidades del territorio. La iniciativa busca mejorar las condiciones económicas y sociales para el desarrollo de actividades productivas lícitas en territorios afectados por cultivos ilícitos, implementando estrategias de sustitución voluntaria dirigidas a las diferentes familias cultivadoras de coca.

En este sentido, el curso de acción parte de la inversión en líneas productivas seleccionadas con criterios de legalidad, competitividad, valor agregado y sostenibilidad, que se complementa con una estrategia de asistencia técnica agronómica, comercial y empresarial. Frente a estos últimos aspectos, el desarrollo de proyectos asociativos permite generar mayor capital social, competencias organizacionales y aprovechar economías de escala en la producción, transformación y/o comercialización de los productos.

Así se vendió al PNIS y uno de sus problemas más agudos es que nació desfinanciado y en estos años estuvo cerca de no arrancar como se esperaba…

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Eso se evitará con un esfuerzo entre todos. Con ‘Colombia Sustituye’, el campesino debe manifestar la voluntad de dejar atrás el negocio de los cultivos ilícitos para que entre el Gobierno Nacional, Gobernaciones, Alcaldías, entidades públicas y privadas y hasta la cooperación internacional aúnen esfuerzos para estructurar y llevar a cabo los proyectos hechos a la medida de cada territorio.

Igualmente es importante trabajar con un equipo financiero que pueda lograr la consecución de los recursos para financiar la totalidad del proyecto, se debe definir un esquema de focalización de conformidad con los recursos disponibles, con el fin de no comprometerse con metas que no se pueden cubrir financieramente.

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En distintos sectores cercanos a la implementación del proceso de paz se habla de ‘Colombia Sustituye’ no es un programa novedoso y que va a significar más burocracia en las esferas del gobierno entrante, sea cual sea. ¿Cómo se estructura este proyecto y qué lo distingue del PNIS? O, ¿será un brazo del programa ya existente que se pactó en La Habana?

La Agencia de Renovación del Territorio acompaña la estructuración de proyectos de sustitución voluntaria de cultivos ilícitos liderados desde las entidades territoriales para las familias y comunidades no PNIS. Es decir, esto no se realiza por decisión unilateral, al contrario, es una estrategia fundamentada en el marco de las funciones y competencias asignadas por el Decreto 1223 de 2020 y el principio constitucional de colaboración armónica.

Dicha estrategia (‘Colombia Sustituye’) busca la construcción conjunta y participativa de iniciativas público – privadas que permitan la transformación de aquellos territorios donde las entidades territoriales han manifestado su interés por adelantar procesos de sustitución voluntaria dando cuenta lo mencionado de la construcción de esta estrategia. Para esto, se vincula el concurso y participación de todos los actores del territorio -incluyendo a cooperación internacional y las entidades cuya competencia sea requerida- para el óptimo diseño y desarrollo de la estrategia de sustitución y en efecto actualmente se cuenta con un equipo vinculado que tiene experiencia en el proceso.

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Pero es o no es más burocracia…

En lo absoluto.

Si tuviera que argumentarle a una persona que esté a favor de las aspersiones con glifosato por qué ‘Colombia Sustituye’ es la mejor alternativa para luchar contra el narcotráfico en los años venideros del posconflicto, ¿qué le diría?

Que estos procesos de sustitución voluntaria de cultivos ilícitos están dirigidos a campesinos que son pequeños productores y no se pueden realizar en los grandes cultivos que pertenecen directamente a grupos al margen de la ley que se dedican al narcotráfico.

En este sentido, podríamos decir que las estrategias en ‘Colombia Sustituye’ son complementarias en el territorio nacional y no son excluyentes. Una de esas estrategias -opuesto a lo que proponemos- se basa en la aspersión de los cultivos ilícitos en zonas en las cuales no se cuenta con condiciones de seguridad, por presencia grupos armados ilegales, minas antipersona, entre otros, que permitan el desarrollo de alternativas productivas. La otra, muy diferente, se basa en la sustitución de los cultivos ilícitos, en aquellos territorios donde a través de la voluntad de las personas; se generan procesos sostenibles de transformación integral del territorio y de las familias que económicamente subsisten de esta actividad ilícita.

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Aun así, los temas de glifosato se siguen politizando a pesar de la postura de la Corte Constitucional. Eso habla de una desconfianza latente en procesos de sustitución voluntaria. En dirección a eso, ¿qué necesitan los programas de sustitución en Colombia para tener un alcance pleno en todos los departamentos que los necesiten?

Sin duda la clave del programa de sustitución es el compromiso de los campesinos y sus comunidades con el país. La sustitución voluntaria es uno de los varios mecanismos existentes en nuestro país para la lucha contra las drogas y el narcotráfico, y para que sea un éxito debe ser sostenible con el tiempo. Sería un fracaso para el país y para el acuerdo pactado haber destinado tantos recursos y hecho tantos esfuerzos a los que levantaron voluntariamente la coca para que retornen a la ilegalidad al haber recibido los beneficios del PNIS.

Adicionalmente se requiere de una constante articulación entre varias entidades para incentivar la bancarización, las buenas prácticas de sus emprendimientos, infraestructuras y la comercialización, este último no estuvo contemplado dentro de los componentes del programa en su diseño.

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¿Cómo ha sido el recibimiento de los campesinos no ingresados en el PNIS hacia este programa ‘Colombia Sustituye’ y cómo cree que esto pueda mejorar sus condiciones de vida?

Esta estrategia parte de la voluntad de las familias campesinas que desean sustituir cultivos ilícitos, partiendo de esta base las iniciativas ya formuladas han sido recibidas con éxito, dado que se han construido desde los territorios con las particularidades de estos y con la comunidad.

En los proyectos del ‘Colombia Sustituye’ tenemos comunidades muy positivas que han manifestado la voluntad de seguir sustituyendo cultivos ilícitos a pesar de no haber ingresado al PNIS. Cuando el esfuerzo es conjunto la sostenibilidad de los proyectos es mayor.