La permanencia de Guillermo Botero en el gabinete presidencial ya sobrepasó los límites de la vergüenza y está dejando al desnudo a un presidente al que se le está haciendo tarde para gobernar, opinó María Jimena Duzán en el semanario.

“Si [Iván Duque] no fuera tan servil y abyecto, debería pedir la renuncia al ministro de Defensa, Guillermo Botero, antes de que su insistencia por dejarlo en la cartera acabe con la poca legitimidad que le queda”, agregó la periodista.

Guillermo Botero

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Asimismo, la columnista reiteró que el ministro Botero es, según ella, un “encubridor, un corrupto y un mentiroso sin garantías” que, en calidad de alfil del expresidente Álvaro Uribe, llegó al gobierno para “horadar el apoyo que hay en los cuarteles al acuerdo de paz” e implantar entre los militares las tesis de que el proceso con las Farc fue un modelo de entrega al “castrochavismo” y que no hubo una verdadera desmovilización de la guerrilla.

De igual manera, Duzán volvió a sacar en cara al gobierno Duque los desaciertos de Botero frente a casos como el del homicidio del desmovilizado Dimar Torres, cometido aparentemente por militares en el Catatumbo, así como el asesinato de Flower Trompeta al que quieren, según ella, pasar como muerto en combate cuando existe mayor probabilidad de que se trate de otro ‘falso positivo’.

Guillermo Botero

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“Botero ha dicho tantas barbaridades que no cabrían en esta página”, apuntó la columnista de Semana previo a una especie de inventario de salidas en falso del ministro en Twitter y especialmente del “ridículo” del gobierno Duque ante la ONU “cuando lo dejó presentar un informe de inteligencia contra el régimen de Maduro, plagado de errores de ortografía y con por lo menos cuatro fotos falsas”.

La discordia entre María Jimena Duzán y Guillermo Botero ha pasado por todos los tonos pero la ofensiva siempre ha estado del lado de la columnista que tiene al ministro de Defensa apuntado en su agenda y no cesa en pedir su renuncia tal como ha pasado entre algunos sectores del Congreso que han buscado, sin éxito, una moción de censura en su contra.