La mortal golpiza que Joel Mora, de 19 años, le propinó a su hijastro, Samuel David Soto, de 20 meses, no quedará impune. Tras analizar las evidencias que presentó la Fiscalía, un juez de conocimiento lo declaró culpable y citó para el próximo 16 de diciembre, para dar a conocer el monto de la pena a pagar. Teniendo en cuenta que la víctima fue un menor de edad, el asesino no tendrá derecho a rebaja de penas, por lo que se espera la máxima condena.

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Samuel vivía con su madre, de 17 años, y su padrastro, de 19 años, en el barrio Roma, de la localidad de Kennedy. El 6 de julio pasado, el bebé ingresó al Hospital de Kennedy con un paro cardiaco. Allí intentaron reanimarlo, pero por la condición del paciente no se pudo salvar su vida.

A pesar de que Mora explicó que se trató de un accidente e, incluso, la madre del pequeño intentó ocultar la verdad, diciendo que el deceso ocurrió luego de que Samuel tomó un suero y sufrió una broncoaspiración, nadie quedó satisfecho con la declaración e iniciaron las investigaciones.

Desde un comienzo, los familiares de Samuel David señalaron a Mora como el principal sospechoso de la muerte, como lo indicó Karen Muñoz, tía del niño, quien imploró a las autoridades, ante los medios, que le ayudaran a esclarecer la muerte de su sobrino.

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Ella tenía razones para sus sospechas “al ingresar al hospital de Kennedy, el niño presentaba traumas en su cara, cuerpo, glúteos, trauma craneoencefálico, toracoabdominal cerrado y su muerte se produjo por un shock hipovolémico”, aseguró en su momento la tía, quien agregó que los médicos le dijeron que el menor posiblemente habría fallecido por golpes que comprometieron órganos internos.

Producto de las pesquisas que adelantaron los detectives, lograron determinar que el pequeño, en su corta vida, fue víctima de constantes maltratos por parte de su padrastro. El testimonio de la tía de Samuel y los médicos que lo atendieron, revelaron que el menor presentaba heridas de varios meses atrás, entre ellas, una fractura en uno de sus brazos que, según la madre, fue producto del ataque de un perro.

Por su parte, Mora insistió en que no tuvo nada que ver con la muerte del menor y que, por el contrario, se comunicó con la línea 123 y le prestó los primeros auxilios cuando el menor no presentaba signos vitales. No obstante, las investigaciones revelaron el sufrimiento que soportó el niño Samuel David y ahora su crimen no quedará en la impunidad, como si han quedado muchos otros en el país.