Cuatro meses después de dejar el Parque Nacional en Bogotá, en el que duraron asentados casi ocho meses, representantes de las comunidades indígenas regresaron a este sitio para solicitarle al Distrito el cumplimiento de los acuerdos suscritos en mayo de este año. Piden mejores condiciones de vida y atención oportuna, en las unidades de protección integral en las que se encuentran.

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La concentración se había convocado hace un par de semanas, para conmemorar un año de resistencia de “las autoridades indígenas de Bakatá”, que comenzó con la ocupación. Y fue la oportunidad para reclamar supuestos incumplimientos de la administración.

“El llamado es hacia las entidades nacionales y distritales, con las que suscribimos los distintos acuerdos, para que estos tengan cumplimiento. Desafortunadamente, el 95 % de los acuerdos han sido incumplidos y del 29 de septiembre del año pasado a hoy, hemos tenido que enterrar a 21 miembros de distintas comunidades por inasistencia y negligencia del sector distrital”, le dijo a El Espectador el defensor de derechos humanos y líder indígena Jairo Montañez.

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La Alcaldía de Bogotá tenía conocimiento de la concentración. No obstante, dice Montañez, el Distrito incumplió una reunión en la que se iba a dialogar sobre las problemáticas que viven hoy los indígenas. “Efectivamente, ha venido un sinnúmero de funcionarios, pero en el marco de vigilancia, más que en el de diálogo y el de preguntar cuáles son las necesidades que tenemos como población. Durante estos cuatro meses hasta la fecha, no ha habido cumplimiento, el Distrito ha hecho caso omiso” agregó Montañez.

Una de las peticiones de los manifestantes es el mejoramiento de las condiciones de ‘La Rioja’, Unidad de Protección Integral. Como se recordará, este espacio fue otorgado por el Distrito para que las comunidades se asentaran allí temporalmente.

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“Las condiciones en La Rioja son lamentables. Hay vulneración sistemática de los derechos de las personas que se encuentran allí y unas falencias que no se han podido resolver. Por ejemplo, el hacinamiento en el que se vive ha generado el aumento de las tasas de morbilidad y la proliferación de enfermedades. También hay una problemática con el suministro del agua”, sostuvo Montañez.

También abogan por el cumplimiento de las promesas: un plan de choque para la reivindicación de los derechos de las comunidades indígenas, a través de acciones afirmativas; su participación integral en la política pública indígena; el regreso a sus territorios de origen de manera segura y digna; apoyo económico para financiar proyectos productivos y alternativas de vivienda, entre otras.

De esta manera, los indígenas continúan a la espera del diálogo por parte del Distrito, teniendo en claro que, si no se avanza en el cumplimiento de lo acordado, “se regresará a las calles masivamente y con un pensamiento de permanencia”.