Y es que, según fuentes consultadas por el diario, los capos se están haciendo pasar por turistas cuando vienen a hacer negocios relacionados con el narcotráfico. “No son hombres de bigote que, con sombreros de charros y pistolas, se pasean por ahí cantando y comprando coca. Se mimetizan como turistas, hacen sus negocios y se van. Siempre son diferentes”, dijo una persona de la zona, cuya identidad no fue revelada.

Por eso las bandas, que han identificado como ‘Los Machos’, ‘los Buenaventureños’, ‘la Local’ y ‘la Empresa’, les ofrecen desde guías hasta ‘catering’, especialmente a los carteles del Sinaloa, los Zetas, Jalisco y Nueva Generación, y luego los contactan hasta con disidencias de las Farc, el Epl y el Eln.

“Transporte puerta a puerta en camionetas blindadas, escoltas armados, guías para moverse en las selvas y hasta servicio de ‘catering’ en exclusivos lugares privados para cerrar negocios… Es parte del portafolio que grupos criminales les vienen ofreciendo a capos mexicanos para que viajen directamente a Nariño, Valle y Cauca a negociar coca de máxima calidad sembrada en al menos 60 mil narcohectáreas”, afirmó el diario.

El periódico además añadió dos datos: el primero, que los “paquetes ilegales todo incluido” se estarían empezando a ofrecer a capos europeos y de nacionalidad rusa; y el segundo, que parte de las disidencias de las Farc no exigen a los narcos mexicanos pago en dinero, sino en armas.

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Como los narcotraficantes de México serían los más beneficiados con esto, recientemente incluso han denunciado que ellos estarían tras las muertes de líderes indígenas y campesinos de Colombia contrarios a los narcocultivos.

Eso no solo lo indicó el impreso, sino que desde julio lo viene diciendo el Consejo Regional Indígena del Cauca, que aseveró que varios de sus líderes estaban corriendo peligro por los vínculos del cartel del Sinaloa con las disidencias de las Farc y el Eln.

El aumento de la presencia de narcos del ‘país Azteca’ en el sur de Colombia además lo vienen advirtiendo desde hace semanas defensores como Carlos Negret, que en junio manifestó, según EFE: “Me preocupa la extorsión, los retenes ilegales y el reclutamiento de menores en el Caquetá. Así como el negocio del narcotráfico, el crecimiento de las disidencias y la presencia del cartel de Sinaloa en el departamento”.

No obstante, hasta el momento, no ha habido una respuesta contundente por parte de las autoridades correspondientes a esta complicada situación que se vive en el sur del país.