Atrás quedó la época en la que este era uno de los clubes nocturnos más visitados de Bogotá, aunque sigue estando en el mismo lugar que antes. Desde que las autoridades tomaron posesión del lugar se sabía que este se iba a convertir en un centro cultural y así lo hicieron.

Este lugar, dijeron desde la Alcaldía, estaba muy deteriorado, abandonado y dañado, así que le hicieron una buena inversión para mejorarlo por dentro y acondicionarlo para que reciba a las familias del sector, incluyendo a los niños.

Desde el inicio, Idartes anunció que se llamaría El Castillo de las Artes porque sería “el primer centro de arte, cultura y memoria 24/7 de Bogotá, que tendrá actividades artísticas 24 horas al día, siete días a la semana”.

Las remodelaciones ya quedaron hechas y en Noticias Caracol hicieron un recorrido por varios lugares en los que antes hubo mucha lujuria, alcohol, drogas, entre otros, y ahora se convirtió en un lugar de cuidado de las madres y sus hijos.

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El salón principal, en el que las mujeres hacían ‘shows’ en las noches, se volvió uno de los lugares en los que las familias pueden compartir con los funcionarios de la Alcaldía que trabajan allí.

Las habitaciones también fueron pintadas y aunque aún conservan los tubos que muchas mujeres usaban para seducir hombres, los espacios fueron completamente renovados.

Aunque es poco lo que queda de su vida pasada, en El Castillo aún hay unos sugestivos cuadros que están al lado de las pinturas que hacen niños y otos visitantes. Así es como se ve actualmente.

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Este lugar fue muy conocido por locales y extranjeros, pero fue en 2017 que llegó a su final. En ese año, miembros del CTI de la Fiscalía allanaron el lugar con fines de extinción de dominio, luego de que la entidad comprobara que el lugar estaba vinculado con las actividades del narcotraficante José Ricardo Pedraza Díaz, señalado de dirigir una red de lavado de activos, y quien habría estado a cargo del manejo del lugar, dice la Alcaldía de los Mártires.

Pasaron tres años en los que no pudo ser usado para ninguna actividad y cuando anunciaron el gran cambio que le harían, en El Tiempo hicieron un recorrido por este lugar para mostrar cómo era.

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Según Catalina Valencia, directora de Idartes en aquel momento, en El Castillo sucedían “muchas cosas ilícitas, de violencia, de trata de personas”, entre otras.