La superiora general de las Hermanitas de La Anunciación, religiosa Enith María Vergara Correa, expresó que para ellas es una gracia y bendición muy grandes la beatificación de su fundadora, venerable sierva de Dios María Berenice Duque Hencker. El proceso fue autorizado por el propio papa Francisco.

Lo que viene ahora, dijo, es una invitación y compromiso para cada uno de sus hijos tomen en serio el camino de santidad, desde el ejercicio y la practica de las virtudes teologales y cardinales, con el testimonio de vida y la alegría del seguimiento a Cristo. (Vea también: Taxistas en Manizales se comprometen a no rechazar carreras: habría multas)

La ceremonia de beatificación se realizó este sábado, a las 10:00 a.m., en la Catedral Metropolitana de Medellín, con la liturgia propia de los Santos Beatos e invitación para los católicos, la familia Anunciata, familiares de la madre Berenice, salamineños, benefactores, amigos y delegaciones de los 15 países donde hace presencia la Congregación de La Anunciación, entre otros.

“Conocí personalmente a la madre María Berenice. Cuando ingresé a la Congregación ella estaba postrada en cama y lo que más recuerdo es su sonrisa, sus ojos grandes y su rostro resplandeciente. Para Salamina, su tierra natal, será el segundo momento más grande y significativo para celebrar la Eucaristía de acción de gracias, dar a conocer su vida y obra, realizar tertulias Berenicianas, encuentros y fortalecer la adoración ante el Santísimo Sacramento”, manifestó la superiora.

La ceremonia

En comunicado de prensa difundido por el arzobispo de Medellín, el 22 de agosto de este año, el papa Francisco autorizó para hoy la ceremonia de beatificación de la venerable Sierva de Dios y envió como delegado para esta celebración al cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para la Causa de los Santos.

“Para la Iglesia de Colombia y para los institutos fundados por la madre Berenice es un momento de agradecimiento a Dios por el don de esta mujer que se santificó en una vida profundamente espiritual y en servicio de los mas necesitados”, expresó el arzobispo de Medellín, Ricardo Tobón Restrepo.

Agregó que una beatificación es de las liturgias más solemnes que tiene la Iglesia Católica. “Es la proclamación de que una persona vive en Dios y puede interceder por nosotros. Diríamos que la madre María Berenice sigue viva, porque está en el legado espiritual, en la obra apostólica realizada, pero en especial en sus hijas e hijos con los cuales sigue sirviendo al Señor y a la Iglesia”, dijo el arzobispo en rueda de prensa.

Esta liturgia se desarrolló a partir del saludo del arzobispo de Medellín, para acoger al cardenal Semeraro, como representante del papa. Después comenzó la Eucaristía, y terminado el acto penitencial hubo una petición formal con la que se beatificó a la Sierva de Dios María Berenice Duque Hencker. Luego, la postuladora de la causa, religiosa Alix Mercedes Duarte Roa, quien ha animado todo este proceso, leyó una biografiá de la nueva beata.

El cardenal Semeraro leyó la Carta Apostólica, documento con el que el papa autorizó la beatificación y la proclamó bienaventurada. Luego se descubrió su retrato e introdujo en procesión las reliquias. También hubo cantos y textos que la recuerden. La ceremonia finalizó con la acción de gracias, hecha por la superiora general de la Congregación Hermanitas de La Anunciación al papa, cardenal, obispos, religiosos y fieles presentes.

Quién es María Berenice Duque

* La madre María Berenice Duque Hencker nació en Salamina el 14 de agosto de 1898. Fundó la Congregación Hermanitas de La Anunciación, que están presentes en 15 países.

* El 16 de agosto fue bautizada en la parroquia Nuestra Señora de La Inmaculada, con el nombre de María Ana Julia, hija de Antonio José Duque Botero y Ana Berenice Hencker Risther. El 31 de octubre de 1902 recibe el sacramento de la Confirmación.

* Sus abuelos paternos guiaron la fe de la niña, quien fue inteligente, delicada, sensible, firme de carácter y con habilidad para la pintura, el bordado y la música. Aprendió a leer con su abuelo paterno, Juan José Duque, y sus lecturas preferidas fueron la vida de santos y ermitaños. Mostró especial inclinación a la piedad religiosa, la solidaridad y el socorro de las personas necesitadas.

* Cuando ingresó al Colegio de las Hermanas Dominicas de La Presentación en Salamina ya sabía leer, escribir y algunas oraciones; le parecían importantes todas las materias y le fascinaba la clase de Religión. El 7 de diciembre de 1905 hizo su Primera Comunión.

* María Ana Julia demostró que era capaz de fijarse metas y escribió al Convento del Carmelo, en Bogotá, pidiendo su ingreso. Quería ser contemplativa, por lo que inició los preparativos para el ingreso. Su padre no estaba de acuerdo que eligiera la vida religiosa, pero aceptó y apoyó su decisión. Doña Berenice, su madre, le dio consejos y le ayudó a arreglar el ajuar para el ingreso a la Congregación, el 20 de diciembre de 1917. Realizó el apostolado y fue educadora en San Gil, Ubaté, Rionegro, Manizales, Fredonia y Sonsón.

* En 1935 la Congregación se organizó en Provincias, y la hermana Berenice perteneció a la de Medellín, donde prestó sus servicios. Se entregó con celo misionero y visitó el barrio Guayaquil, donde estaban los pobres. Allí les compartió el mensaje de Jesús, catequizó, preparó y consagró a María. Igual labor realizó con mujeres y hombres trabajadores de la fábrica Coltejer. Desde 1938 la hermana Berenice sintió el llamado de Dios, quien le pidió fundar una congregación para las jóvenes de escasos recursos.

* Inició la obra con severas reservas. El 14 de mayo de 1943 con el apoyo de monseñor Joaquín García Benítez, entonces arzobispo de Medellín, fundó las Hermanitas de La Anunciación. Llegaron 12 jóvenes pobres, sin estudios y sin dinero, pero finalmente las llamadas. La casa de fundación llevó el nombre de Escuela Doméstica. Cada joven traía consigo lo que podía aportar, y para sostenerse económicamente vendían gelatina de pata, lavaban y planchaban ropa y hacían tejidos.

* Vino luego la purificación de la naciente Anunciación y una tormenta se levantó. Monseñor García Benítez la conjuró. El 3 de octubre de 1950 otorgó el decreto de erección canónica, que la constituyó en Pía Asociación de Hermanitas de La Anunciación. El 2 de julio de 1953 se concedió la aprobación Diocesana. La madre María Inés, apoyó a la hermana María Berenice y se convirtió en maestra, consejera y cofundadora. Luego la madre María Berenice, encontró oposición y fue llevada en 1946 a Francia, para que se olvidara de la Escuela Doméstica.

* Por su delicado estado de salud, en 1947, la superiora le ordenó regresar a Colombia y el 7 de octubre de 1950, su Congregación le permitió dedicarse a la fundación. Con los permisos necesarios, el 23 de octubre de 1953 vistió el hábito e hizo votos perpetuos como hermana de La Anunciación.

* En 1957 fundó las Misioneras de Jesús y María. El 25 de marzo de 1958 el papa Pío XII otorgó el Decretum Laudis a la Congregación, y en 1965 emprendió el proyecto de los Misioneros de La Anunciación.

* Los últimos 14 años de vida la madre María Berenice quedó reducida al lecho por quebrantos de salud. Próxima a cumplir 95 años de edad, el 25 de julio de 1993, falleció. Sus exequias se realizaron en Medellín, y fue sepultada en la cripta de la Casa Madre.