Así lo informó la Defensoría del Pueblo, que a su vez reveló que el grupo de campesinos les devolvió la libertad a los militares, un acto que había sido tildado por el presidente Iván Duque como un “secuestro”.

En la tarde se dio “una manifestación unilateral por parte de las comunidades de retirarse del lugar y de no impedir el trabajo de la fuerza pública”, aseguró en un comunicado la Defensoría del Pueblo (ombudsman), que vela por los derechos humanos.

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Según el ejército, campesinos armados con palos y machetes rodearon a las tropas que estaban destruyendo cultivos de coca en Tibú, un municipio del departamento de Norte de Santander que concentra los mayores sembradíos a nivel mundial de esta planta usada para extraer cocaína.

Más temprano, el presidente Iván Duque acusó a los cocaleros de “secuestro” y les advirtió que las autoridades actuarían en la zona si no se daba la “liberación rápida” de los uniformados.

Un equipo de la AFP vio cuando los campesinos se retiraron de la escuela donde se encontraban retenidos los uniformados. “El ejército no fue víctima de ningún tipo de violencia, secuestro”, dice un comunicado divulgado por los cocaleros.

“El cerco humanitario se realizó con el fin de evitar posibles violaciones a los DDHH (…) por los antecedentes ocurridos en el año 2020 en labores de erradicación en los municipios de Cúcuta y Sardinata”, donde murieron dos campesinos, agrega el texto.

Los cocaleros suelen sostener choques con los militares que arrancan los plantíos.