La medida aplicará principalmente a los lapsos durante los cuales está permitida la publicidad electoral, asegura La W. Esto implica que las campañas también tendrán que comenzar allí a 60 días o menos de las votaciones.

No obstante, en su determinación el Consejo parece reconocer la dificultad que implica hacer practicable lo que propone, pues asegura que las redes “se han convertido en un medio o canal de despliegue publicitario que no solamente se dirige a personas determinadas”, y acepta que los objetivos de la publicidad en redes suelen ser “indeterminados e innumerables”,

Y es que lo que el CNE parece soslayar es que la misma naturaleza de las redes sociales hará definitivamente complicado que esto pueda ser verificable. En el segmento Código Caracol, la periodista Camila Zuluaga se pregunta, por ejemplo, si las opiniones que allí depositan diferentes políticos antes de ser candidatos podrían considerarse actividades proselitistas cobijados por esas mismas reglas.

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Además, agrega que será difícil de aplicar la vigilancia a redes más privadas como WhatsApp, por donde se suelen mover múltiples cadenas en época de elecciones.

Probablemente una de las aplicaciones que sí podría tener sería en cuanto a campañas y contenidos promocionados por las cuentas oficiales de los candidatos, aunque saltarse este impedimento sería pan comido para las llamadas ‘bodegas’, que suelen mover tendencias por sus propios medios sin necesidad de estar ligadas directamente a ningún jefe político.