La política colombiana desde distintas orillas usa el poder para silenciar a quienes piensan diferente y sobre todo a quienes tienen el valor de criticar el ejercicio del poder”, asegura el periodista que este domingo dedica su columna al más reciente fenómeno de la censura en Colombia.

El derecho a la crítica “es parte fundamental de la labor del periodista y piedra angular de una democracia sana”, agrega, “pero lastimosamente algunos políticos son tan débiles que reciben la crítica como una amenaza”.

Y lo más importante es que Yohir Akerman le dice el jefe de Estado que no desaproveche esta “oportunidad de oro” para quebrar la tendencia de su partido, el Centro Democrático, de ver en cada periodista crítico a un enemigo.

Para eso, el columnista de El Espectador se apoya en los desafortunados trinos en los que, desde cuentas oficiales, se han lanzado insultos y falsas acusaciones contra periodistas que, con su trabajo, le han resultado incómodos para el Gobierno.

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Pero, como él mismo Akerman aclara, el asunto va y viene desde cualquier corriente política y recuerda que durante el gobierno de Gustavo Petro, el periodista Hollman Morris, en calidad de gerente del Canal Capital,   presionó la salida de los periodistas Mauricio Arroyave y Manuel Salazar.

La lista de Akerman incluye también al periodista Juan Pablo Barrientos –que renunció a Teleantioquia debido a presiones políticas–; Maritza Larrota –despedida de la coordinación de prensa del congresista Santiago Valencia–; los ataques a Julián Martínez y Daniel Coronell desde la cuenta verificada de la Superintendencia de Notariado y Registro; y el boicot de exgerente de RTVC Juan Pablo Bieri a Santiago Rivas, director del programa ‘Los puros criollos’.