El relató del hombre, del que no trascendió su identidad, fue leído en audiencia por la fiscal del caso, y de acuerdo con sus palabras al médico lo querían atracar mientras cruzaba el puente peatonal de la calle 121 con carrera Novena, en el norte de Bogotá, el jueves pasado sobre las 10:20 de la noche.
“En ese momento escuché 15 tiros de revólver o pistola, todos seguidos uno tras otro, y como sé que ellos tenían una pistola de fogueo, y sé que es de seis tiros y sonaron como 15, de una dije: ‘el otro man los prendió de una’”, mencionó la fiscal, según cita de Noticias Caracol.
La versión que entregó el detenido prácticamente delata las intenciones que tenían los tres hombres que murieron baleados por el médico, ya que en un principio se puso en duda si los presuntos ladrones llevaban un arma o si solo portaban el cuchillo que quedó en la escena.
Este testimonio coincide con el relato que entregó el médico y que hizo público su abogado, Hernando Benavides, a través del noticiero, en donde dijo que el capturado también reconoció que los hombres portaban drogas.
“En la audiencia se dijo…. que iban armados, que oyó 15 tiros y que algunos de ellos tenían drogas. Eso ratifica lo dicho por mi poderdante. Se ve que la intención de las personas que agredieron a mi defendido era la de atracarlo, y si iban drogados pues más terrible”, expresó el abogado.
Finalmente, Benavides contó en el informativo que su cliente se percató de que “tres individuos” lo estaban siguiendo en el puente, y que los señalados asaltantes “le dieron un golpe por detrás en la cabeza, en el rostro y se inicia un forcejeo, porque al parecer lo pretendían llevar hacia el automóvil”.
El testimonio del capturado es pieza fundamental para la investigación que adelanta la Fiscalía, ya que permitiría justificar la reacción del médico ante el uso de un arma para intimidarlo por parte de los señalados atracadores, así esta haya sido de fogueo.
Es aquí, según explicó el abogado Abelardo de la Espriella, en RCN Radio, en donde se configuraría el uso de la legítima defensa, ya que “quien les dio de baja no tenía que saber que (el arma) era de fogueo. Entonces, la reacción fue proporcional”.
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