La mujer es una cantante aficionada que vivía en Pereira, donde de acuerdo con El Tiempo atravesaba por una difícil situación económica que la obligó a buscar quién le comprara un computador portátil.
Fue así, según ese medio, como la joven se encontró con un hombre al que apodan ‘Caliche’, y que “cinco años atrás le había alquilado una habitación”. Nuevamente, el viejo conocido le ofreció ayuda para vender el computador y hasta le hizo saber que había alguien, en la capital, que la podría impulsar en el canto.
“Le dijo que si quería la podían llevar a Corea para que cantara allá, que le iba a ir bien, que le pagaban 23 millones de pesos mensuales. Ella al escuchar eso dijo que claro”, contó a ese medio un investigador de la Sijín, que recordó el testimonio que entregó la mujer.
Ilusionada con el supuesto trabajo, el investigador aseguró en el periódico que la mujer fue contactada con alias ‘el Turco’, que la trajo a Bogotá y le explicó que mientras se hacían los trámites de los documentos para salir del país debía ejercer la prostitución en la reconocida whiskería ‘Forty nine club’, ubicada en Chapinero.
El investigador contó que en ese momento la mujer tuvo que “seguirles la corriente” porque estaba asustada, sola y sin quién la ayudara, y que luego de eso la llevaron al sitio nocturno para presentarle al dueño: Jairo Alarcón Santa, al que la Fiscalía identifica con el alias de ‘Jota’.
“Ese señor le pide que le cante, le empieza a dar alcohol y después la obliga a acostarse con él”, dijo la fuente de la Sijín al medio bogotano.
Pero las cosas no pararon allí, pues según conoció El Tiempo, ‘el Turco’ llevó a la joven a un motel cercano y ella se quedó dormida. Luego, cuando despertó, notó que el hombre “la había desnudado y estaba sobre ella”.
Luego de esta amarga experiencia, dice, la joven escapó como pudo de allí y dio aviso “a una amiga que es policía”, y que acudió a su rescate.
Esta mujer “aportó a la Sijín los números celulares de ‘Caliche’ y ‘el Turco’. Cuando los interceptaron, empezaron a descubrir que había toda una banda dedicada a ‘reclutar’ mujeres mayores, y menores de edad, en Bogotá, Pereira, Santa Rosa de Cabal y otras ciudades”, puntualiza el medio capitalino.
Precisamente sobre este caso la Fiscalía confirmó, en un comunicado, que capturó a siete personas que harían parte de esta organización de trata de personas, entre ellas al dueño de la whiskería y a la madre de una menor de edad que la habría entregado para que la explotaran sexualmente.
“La mujer al parecer recibió dinero a cambio de entregar a su hija, menor de edad, para que fuera captada y trasladada hacia el establecimiento”, detalló el organismo acusador.
Estas personas fueron imputadas por delitos de concierto para delinquir, trata de personas, explotación sexual, estímulo a la prostitución de menores y pornografía con menores de 18 años, y aunque no aceptaron los cargos fueron enviados a prisión.
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