En medio de la crisis hídrica que enfrenta Bogotá, donde el racionamiento del agua se ha convertido en una realidad, las autoridades sellaron un lavadero de carros en el barrio San Rafael, localidad de Puente Aranda, que desviaba ilegalmente el suministro de agua, defraudando al Acueducto de Bogotá por más de 115 millones de pesos.
El dueño del lavadero había instalado una conexión clandestina que desviaba el agua directamente a un tanque de almacenamiento, evitando así el paso por el medidor y el pago correspondiente, según reportó revista Semana.
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El establecimiento fue sellado y su propietario fue obligado a firmar un acuerdo de pago —más de los 1156 millones de pesos— para resarcir el daño causado: más de 14 mil metros cúbicos robados. Además, se inició un proceso legal en su contra, ya que el robo de agua es considerado un delito grave en Colombia.
“Al ser sorprendido en flagrancia, el propietario del lavadero de vehículos suscribió un acuerdo de pago en el que se comprometió a cancelar el valor de los metros cúbicos defraudados por medio de la conexión clandestina que tenía instalada de forma ilegal para el funcionamiento de su establecimiento de comercio”, informaron desde el Acueducto.
Qué condena tiene en Colombia desviar ilegalmente el suministro de agua
El robo de agua no solo representa un perjuicio económico para la ciudad, sino que también agrava la crisis hídrica que afecta a millones de bogotanos. Cada litro de agua robado es un litro menos disponible para el consumo humano y otros usos esenciales.
Es así que incurrir en ese delito prevé una pena privativa de la libertad de 36 a 108 meses y multas de hasta de 150 salarios mínimos legales vigentes.
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