Por: El Espectador

El Espectador es el periódico más antiguo del país, fundado el 22 de marzo de 1887 y, bajo la dirección de Fidel Cano, es considerado uno de los periódicos más serios y profesionales por su independencia, credibilidad y objetividad.

Este artículo fue curado por Andrea Castillo   Nov 11, 2025 - 10:20 am
Visitar sitio

Una violenta disputa interrumpió la misa de las seis de la tarde del lunes 10 de noviembre en la iglesia Santo Tomás Moro, ubicada en el barrio Timiza, en la localidad de Kennedy. Un grupo de jóvenes ingresó al templo portando cuchillos, mientras otro corría a refugiarse detrás del altar para evitar ser agredido.

(Le puede interesar: Así fue la actuación de segundo implicado en caso Jaime Moreno, según la Fiscalía)

Testigos relataron que el sacerdote intentó intervenir para proteger al joven perseguido, pero la tensión aumentó cuando uno de los menores lo usó como escudo ante el grupo que lo amenazaba. Feligreses registraron en video la escena: gritos, empujones y oraciones en medio del caos, hasta que patrullas policiales llegaron al lugar y lograron controlar la situación.

De acuerdo con versiones preliminares, el incidente se habría originado por una gorra. Al parecer un adolescente ingresó al templo buscando refugio, pues lo iba persiguiendo un grupo de al menos 10 jóvenes más para apoderarse de su gorra. Como muestran los videos captados por testigos, la confrontación escaló y derivó en un enfrentamiento armado con cuchillos dentro y fuera de la iglesia, poniendo en riesgo la vida de los asistentes.

Lee También

Cinco menores y un adulto capturados

Las autoridades informaron que seis jóvenes fueron detenidos: cinco de ellos menores de edad y uno adulto. Los menores quedaron bajo custodia del grupo de Infancia y Adolescencia, mientras que el mayor fue trasladado al Centro de Traslado por Protección. En los registros audiovisuales también se observa un manejo cuestionable de la situación, pues el joven agredido iba a ser trasladado en la misma patrulla que sus atacantes, lo que generó alarma entre los testigos ante el evidente riesgo de agresión.

El hechor reavivó el debate sobre el deterioro de la seguridad en el suroccidente de Bogotá. En Kennedy, una de las localidades más pobladas de la capital, los enfrentamientos entre grupos juveniles, los robos y los casos de violencia interpersonal se han vuelto recurrentes, incluso en espacios comunitarios o religiosos.

Más allá de la rápida reacción de las autoridades, el episodio expone una realidad que la ciudad aún no logra contener: la naturalización de la violencia entre jóvenes y la dificultas de que las políticas públicas de prevención calen en entornos barriales.-*

* Pulzo.com se escribe con Z

LO ÚLTIMO