La declaratoria de día cívico para el sector público, convocado por el presidente Gustavo Petro, armó varias discusiones en el país por lo que serían las verdaderas intenciones ocultas detrás de la propuesta.
(Vea también: Petro pidió a bogotanos que salgan de la ciudad en día cívico y se bañen en otro lado)
Petro afirmó que esa medida podría ayudar al ahorro de agua y energía, pero el alcalde de la capital, Carlos Fernando Galán, le bajó la caña a la propuesta e informó que, al menos en las entidades del Distrito, el día cívico no iría.
Sin embargo, entidades como la Cancillería sí se unieron a la iniciativa y dejaron colgados de la brocha a quienes tenían citas para solicitar su pasaporte. La Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, ubicada en Bogotá, también dejó inconformes a muchos con su polémica decisión.
Ese claustro se unió al día cívico de Petro y canceló, de manera unilateral, la ceremonia de grado programada para este viernes 19 de abril y les alteró los planes a más de 500 estudiantes y sus familias, que viajaron desde diversos puntos del país para asistir al importante evento.
Los alumnos y sus acompañantes se quejaron porque ya habían invertido altas sumas de dinero en la compra o alquiler de sus vestidos, pasajes, hospedaje, alimentación y reservas para restaurantes de las familias, entre otros gastos asociados a la ceremonia.
El evento estaba programado para las 10:00 de la mañana, pero debido a la iniciativa del presidente, los homenajeados tuvieron que quedarse con los crespos hechos y esperando por una solución que parece no llegar.
“No me graduó, porque el señor presidente pues sacó el decreto de que mañana era día cívico, la universidad pues por ser un ente público pues hizo el proceso y canceló. El problema fueron los tiempos, porque nos lo notificaron ahorita a las 9 y algo de la noche. Más o menos hace tres semanas nos confirmaron que los grados eran el 19 de abril. Tres, cuatro semanas, casi un mes”, le dijo un estudiante afectado a Blu Radio.
Los desinflados estudiantes y sus familias están a la espera de que la universidad reprograme los grados y así comenzar, de nuevo, con el proceso de la compra de tiquetes, reservas y demás, y por fin tener en sus manos el cartón que los acredite como profesionales.
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