Por: Portal Bogotá

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Este artículo fue curado por pulzo   Sep 7, 2025 - 6:30 pm
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La Secretaría Distrital de Seguridad, Convivencia y Justicia (SDSCJ) ha impulsado una novedosa propuesta en Bogotá denominada ‘Bogotá, mi Ciudad, mi Casa’, cuyo objetivo principal es transformar las sanciones administrativas por infracciones ciudadanas en experiencias reparadoras y constructivas para el entorno social y el espacio urbano. Un componente esencial de esta propuesta, ‘Expresarte en Convivencia’, permite a las personas sancionadas por faltas leves o moderadas sumarse a actividades creativas y comunitarias como la pintura de murales y la recuperación de zonas públicas. De este modo, no solo se repara el daño infligido al entorno, sino que se fomenta la apropiación responsable y la pertenencia colectiva a los espacios compartidos.

Este modelo restaurativo, aplicado ya en localidades como Teusaquillo, se aparta de las soluciones punitivas tradicionales basadas en multas o sanciones directas y busca, en cambio, que los infractores contribuyan activamente al bienestar común. Alejandro Reyes Lozano, director de Prevención y Cultura Ciudadana de la SDSCJ, resalta la relevancia de abrir escenarios donde la ciudadanía pueda ejercer una influencia positiva y vivir el espacio público desde la responsabilidad y el respeto mutuo, consolidando la convivencia pacífica y la integración social, tal como lo enfatizó en comunicaciones oficiales de la dependencia.

Así, la iniciativa capitalina se suma a una corriente internacional que, de acuerdo con el Observatorio de Justicia Restaurativa de la Universidad Nacional de Colombia, ha probado que las sanciones alternativas enfocadas en la comunidad desalientan las conductas antisociales y refuerzan los niveles de confianza entre los habitantes de las ciudades. Estos hallazgos coinciden con estudios publicados por el European Journal of Criminology, donde se subraya que manifestaciones de arte urbano como los murales contribuyen a transformar la percepción sobre los espacios públicos, facilitan la apropiación colectiva y reducen los episodios de violencia y desorden social.

Los infractores de multas tipo 1 y tipo 2 pueden acceder a estos programas sustituyendo el pago económico tradicional por su participación en labores ambientales, actividades artísticas o jornadas de limpieza, o bien saldar la deuda utilizando medios digitales en el portal oficial lico.scj.gov.co. Esta flexibilidad y uso de herramientas tecnológicas fortalece la eficacia, adaptándose a las circunstancias personales de cada ciudadano.

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La pertinencia de dichos enfoques ha sido reconocida por entes como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la cual aconseja estrategias restaurativas orientadas a construir un clima de reconciliación y participación cívica en los procesos de justicia local. Frente a la limitada capacidad de las medidas tradicionales para prevenir reincidencia y reparar el tejido social, voces expertas como el Dr. Juan Carlos Monroy, citado por la Universidad de Los Andes, destacan que el trabajo articulado entre ciudadanía e instituciones puede cimentar políticas públicas más humanas e inclusivas.

Siendo una experiencia piloto, ‘Bogotá, mi Ciudad, mi Casa’ podría convertirse en un modelo replicable tanto en otras zonas de la capital como en distintas ciudades de América Latina que buscan enfrentar desafíos de convivencia, seguridad y restauración urbana. La apropiación del arte y la cooperación social, según sus promotores y estudios citados, permitirán trascender la reparación material, fomentando además la reconstrucción de la confianza colectiva y social en los espacios públicos.

¿En qué consiste una sanción restaurativa y cómo se diferencia de la sanción tradicional? Al abordar una sanción restaurativa, como la implementada en ‘Bogotá, mi Ciudad, mi Casa’, se privilegian acciones que reestablecen el daño causado a la comunidad mediante el involucramiento activo de quienes cometieron la falta. Estas labores, que incluyen actividades artísticas, ambientales o comunitarias, representan una respuesta más constructiva frente a los castigos tradicionales sustentados en multas o sanciones punitivas. Este enfoque reconoce que la verdadera transformación va más allá de lo económico y recae en el fortalecimiento de vínculos y responsabilidades ciudadanas, como lo documenta el Observatorio de Justicia Restaurativa de la Universidad Nacional de Colombia.

¿Por qué la pintura de murales contribuye a mejorar la seguridad y la convivencia ciudadana? La presencia de murales y expresiones artísticas en los espacios públicos, según el European Journal of Criminology, tiende a revitalizar entornos urbanos deteriorados, fomentando la apropiación, el respeto y la vigilancia social. Al hacer visibles intervenciones de arte colectivo, la comunidad no solo recupera áreas abandonadas, sino que también refuerza el sentido de pertenencia y reduce las oportunidades para la violencia o el vandalismo. Este tipo de estrategias ha sido identificado como un camino efectivo para transformar positivamente la percepción y el uso del espacio público.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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