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El Distrito Capital anunció la cancelación del proyecto tributario que tenía como objetivo recaudar más de 1,2 billones de pesos para financiar obras públicas en Bogotá, al concluir el tiempo de discusión en las sesiones extraordinarias del Concejo. Según fuentes consultadas por el organismo legislativo, próximamente comenzará el análisis del presupuesto general de la ciudad, aunque no se prevé que se retome la suspensión de esta iniciativa tributaria. Esta decisión ha generado intensos debates y críticas entre actores políticos y empresariales, planteando cuestiones clave sobre la política fiscal y el desarrollo estratégico de la capital, de acuerdo con información original y fuentes de la Alcaldía.
Entre las voces críticas sobresale la del concejal Daniel Briceño, quien afirmó que la cancelación demuestra una reconsideración del alcalde acerca de las prioridades fiscales: “recaudar 1,2 billones de impuestos no es un incentivo tributario y Bogotá necesita más ejecución y menos presupuestos,” declaró en sus redes sociales. Esta perspectiva lleva a profundizar en la eficacia de las políticas de impuestos y su verdadera incidencia sobre el gasto público y la economía local.
La propuesta inicial del proyecto contemplaba alivios y estímulos para el pago de los impuestos predial y de industria y comercio (este último conocido como ICA), enfatizando su aplicación sobre pequeñas y medianas empresas (pymes). Según un estudio reciente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), estos incentivos fiscales pueden promover la inversión y la formalización empresarial si se diseñan correctamente y se acompañan de mecanismos de control y evaluación que prevengan la evasión y garanticen la efectividad de la medida (BID, 2023).
La ausencia de opiniones oficiales por parte de los secretarios de la Alcaldía mantiene la incertidumbre sobre la orientación futura de la política fiscal en la ciudad. Se espera que el alcalde Carlos Galán aborde el tema en el evento de entrega de la Avenida Mutis en Fontibón, momento en el que podría esclarecer la dirección del Distrito frente a la gestión de recursos fiscales y obras de infraestructura.
                    
                
                    
                
                    
                
                    
                En el trasfondo, Bogotá ha vivido históricamente una tensión entre la urgencia de fortalecer los ingresos para financiar proyectos urbanos y el desafío de contener el peso de los impuestos sobre ciudadanos y empresas. Datos recientes del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) revelan que el sector formal representa un 40% de la economía capitalina, lo que obliga a las autoridades a diseñar estrategias fiscales prudentes que impulsen el crecimiento sin obstaculizar la competitividad ni afectar el bienestar de los habitantes (DANE, 2024).
Esta coyuntura debe analizarse considerando las reformas fiscales pospandemia que otras ciudades de Latinoamérica han abordado; el Observatorio de Políticas Fiscales Urbanas señala que la tendencia apunta a alivios tributarios combinados con controles rigurosos sobre la ejecución de los recursos públicos. De igual forma, expertos académicos en finanzas públicas, como los de la Universidad Externado de Colombia, enfatizan que el verdadero avance radica en mejorar la capacidad para transformar los presupuestos en obras y servicios de calidad.
La cancelación de este proyecto tributario marca, por tanto, una oportunidad para debatir a fondo el modelo fiscal de Bogotá, priorizando la transparencia, la eficiencia, la equidad y el fortalecimiento de las pymes. El rumbo que adopten las autoridades en las próximas semanas será decisivo para definir una estrategia fiscal sostenible y equitativa que responda a las verdaderas necesidades de los habitantes.
¿Cuáles son los impuestos predial e ICA y por qué afectan a las pymes?
El impuesto predial corresponde a un gravamen municipal que deben pagar los propietarios de bienes inmuebles, mientras que el impuesto de industria y comercio (ICA) se exige a empresas y personas naturales que ejerzan actividades comerciales, industriales o de servicios dentro de la ciudad. Las pymes suelen verse especialmente afectadas por el peso de estos tributos, ya que representan una porción significativa de sus costos operativos y pueden limitar sus posibilidades de inversión y crecimiento, contexto que justifica el interés en proponerles incentivos fiscales específicos.
¿Cómo afecta la no aprobación del proyecto tributario a los planes de infraestructura en Bogotá?
La suspensión del proyecto tributario implica que la ciudad no contará con una fuente de financiación prevista para obras e inversiones públicas en el corto plazo. Esto puede traducirse en retrasos o replanteos de proyectos prioritarios de infraestructura, pues la obtención de recursos es uno de los principales desafíos para su ejecución. La discusión pública se centra ahora en cómo lograr ese equilibrio entre recaudo, ejecución y bienestar colectivo con los recursos disponibles.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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