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El programa de atención a madres gestantes migrantes y colombianas no afiliadas al sistema de salud en Bogotá desarrolla una labor central en la protección de derechos de poblaciones vulnerables. Implementado en el Centro Distrital para la Integración y Derechos a Migrantes, Refugiados y Retornados (CEDID) en Kennedy, este proyecto surge de una alianza con la Misión Médica Polaca y se enfoca en mujeres en estado de gestación que no pueden acceder al sistema formal de salud. La iniciativa ofrece servicios gratuitos, como control prenatal, ecografías, vacunación y pruebas para enfermedades infecciosas, presentándose dos veces por semana como una herramienta crucial para reducir la exclusión en salud pública.
El contexto de este esfuerzo responde a desafíos globales y tendencias recientes en torno a los derechos reproductivos de personas migrantes. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2023), el acceso igualitario a servicios de salud materna en países de ingresos medio y alto enfrenta múltiples barreras, entre ellas las administrativas, culturales y económicas, lo cual incrementa los riesgos perinatales en estos grupos. En Colombia, particularmente, la creciente llegada de migrantes venezolanas ha causado un notable aumento en la demanda de servicios de salud, evidenciando la importancia de políticas integrales y colaboración internacional, como lo advierten datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en Colombia.
La alianza establecida con la Misión Médica Polaca garantiza una atención de calidad y sensible ante las diferencias culturales, permitiendo que alrededor de 30 mujeres asistan a cada jornada, entre ciudadanas colombianas y extranjeras. De acuerdo con Carol Sánchez, coordinadora para América Latina de la Misión Médica Polaca, este acompañamiento contempla hasta tres controles prenatales por paciente, apoyo imprescindible para promover embarazos más seguros y reducir la mortalidad materna, tal como menciona en entrevista concedida en 2025.
Paralelamente, la Secretaría Distrital de Integración Social (SDIS) aporta al proceso brindando vacunación, medicamentos y respaldo social, una combinación que configura un modelo de atención integral. Según estadísticas oficiales, hasta 2024 propuestas similares han alcanzado a más de 1.500 mujeres migrantes gestantes en Bogotá y han contribuido a mejorar los indicadores de salud materno-infantil, aunque los retos para universalizar la cobertura se mantienen ante el aumento constante de población migrante.




Expertos en salud pública señalan que la sostenibilidad de planes como el desarrollado en Kennedy requiere de un marco legal sólido orientado a reconocer los derechos plenos de las personas migrantes, así como políticas que eliminen toda forma de discriminación estructural. El Instituto Nacional de Salud de Colombia ha destacado que la fragmentación existente en el sistema limita la inclusión efectiva; por ello, el trabajo conjunto entre entidades públicas, organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales es fundamental para cerrar brechas y asegurar acompañamiento permanente y multidisciplinario.
En definitiva, la experiencia en Kennedy puede considerarse ejemplo de protección de derechos reproductivos en contextos de movilidad humana. El éxito del programa radica en su enfoque integral: combina servicios médicos, apoyo social y cooperación internacional, demostrando la importancia de fortalecer redes tanto locales como nacionales para garantizar el acceso a salud materna universal. Así, se marca un camino hacia un modelo más equitativo e incluyente en Colombia y América Latina, donde la salud reproductiva pueda ser ejercida en igualdad de condiciones, sin importar el estatus migratorio.
¿Por qué es fundamental la cooperación internacional en la atención de salud materna a migrantes? La presencia de organismos internacionales y alianzas, como la establecida con la Misión Médica Polaca, responde a necesidades puntuales no cubiertas por el sistema nacional. Especialmente cuando aumentan los flujos migratorios y los recursos públicos se ven limitados, la cooperación aporta experiencia técnica, capacidad operativa y recursos humanos, elementos clave en la reducción de brechas en el acceso a la salud.
Además, la cooperación internacional contribuye a la integración de buenas prácticas, el diseño de políticas inclusivas y la capacitación del personal, favoreciendo la sensibilidad intercultural en la atención. Esta sinergia permite una mejor articulación entre autoridades locales y actores externos, potenciando los resultados sociales que se alcanzan frente a emergencias migratorias o crisis humanitarias, como lo señalan informes de organismos multilaterales.
¿Qué implica la fragmentación del sistema de salud en Colombia para las mujeres gestantes migrantes? Cuando un sistema de salud es fragmentado, significa que existen múltiples subsistemas con diferentes reglas de acceso y niveles de cobertura, lo cual dificulta la movilidad de las personas entre servicios o regiones, según lo explica el Instituto Nacional de Salud. Para las mujeres migrantes, esta fragmentación agrava la exclusión, limita la continuidad de los cuidados y aumenta el riesgo de complicaciones durante el embarazo.
La falta de unificación en la atención también genera incertidumbre y desinformación, impidiendo que las gestantes accedan de manera oportuna a controles, pruebas o medicamentos. De ahí la importancia de fortalecer modelos integrales y garantizar marcos legales que permitan a todas las mujeres acceder a la salud materna, sin importar su procedencia o situación migratoria.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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