Este lunes se presentó un informe independiente que pidió la Alcaldía de Bogotá, apoyada por las Naciones Unidas, en el que analizaron los hechos en varios sectores de la ciudad durante las noches del 9 y 10 de septiembre del 2020, cuando miles de ciudadanos salieron a las calles luego de conocerse la muerte de un Javier Ordóñez luego de un procedimiento policial.

La conclusión más importante de este informe es que la Policía es la responsable de la muerte de 11 personas, lo que han denominado “masacre”, pues hubo “uso ilícito de la fuerza”. Detenciones arbitrarias, estigmatización de la protesta social, uso ilícito de la fuerza, impunidad y violencia contra la Fuerza Pública fueron algunos de los hechos que señalaron allí.

Además de las personas fallecidas, también evidenciaron  lesiones de al menos 75 personas por arma de fuego, 43 por arma cortopunzante, 187 por otro tipo de lesiones y las heridas provocadas al cerca de 216 miembros de la policía.

El informe fue presentado por el exdefensor del pueblo Carlos Negret, quien lo lideró y estuvo acompañado por siete investigadores, contratados a través del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo).

Durante una hora y media estuvieron escuchando el relato de algunas de las víctimas, aunque también pidieron responsabilidad del presidente Iván Duque y de la misma Policía.

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La alcaldesa estuvo con Carlos Negret; el secretario de Bogotá, Luis Ernesto Gómez; y Juliette de Rivero, representante en Colombia de la Alta Comisionada ONU para DD.HH. escuchando las conclusiones del informe en el que relataron varios hechos ocurridos aquella noche en Bogotá, con ella como la mandataria local.

Esta no es la primera vez que ella se muestra afectada por el relato de jóvenes que dicen ser víctimas de los procedimientos policiales, pues hace unos meses hizo algo similar en otro evento de conmemoración a los hechos y muertos de septiembre del 2020.

Mientras que estaba sentada ya se mostraba conmovida, pero cuando pasó al atril con sus ojos hinchadas y varios rastros de lágrimas se evidenció su real estado.

“Es un informe doloroso hasta el alma, pero necesario para salvaguardar y recomponer nuestra democracia. El dolor que nos causa confirmar lo que denunciamos desde el 10 de septiembre del año pasado es profundo, pero no es ni en un gramo comparable al dolor que sienten las víctimas de esta tragedia”, dijo.

Ahí fue cuando ella pidió que la perdonarán y ofreció sus excusas “como ciudadana y alcaldesa por no haber prevenido que ocurriera esta tragedia”.