Se trata del cuarto informe sobre Niños y Conflicto Armado en Colombia elaborado, que cubre el periodo entre mediados de 2016 y mediados de 2019, y que documenta un total de 850 violaciones graves.
El anterior informe de este tipo recogía, en comparación, 2.078 violaciones, a pesar de que abarcaba más tiempo.
“El proceso de paz en Colombia representó un hito para la integración de provisiones para la protección de niños afectados por el conflicto”, destacó en un comunicado Virginia Gamba, la representante especial de la ONU para Niños y Conflictos Armados.
Entre otras cosas, Naciones Unidas destaca las medidas tomadas para frenar el reclutamiento de menores por parte de grupos armados y los programas de reintegración para aquellos que fueron liberados como consecuencia del proceso de paz.
También considera esperanzadores los avances en términos de rendición de cuentas por parte de aquellos que utilizaron a niños en el conflicto conseguidos dentro de la jurisdicción especial para la paz.
“Llamo al Gobierno a continuar sus esfuerzos para la protección de niños y a garantizar la implementación del acuerdo final para asegurar que todos los niños que dejaron las filas de las Farc son reintegrados de forma efectiva, teniendo en cuenta las necesidades específicas de niños y niñas”, apuntó Gamba.
A pesar de los importantes avances, la ONU recuerda que los ataques contra los derechos de los niños siguen siendo un problema de calado en Colombia, sobre todo por las actividades de grupos armados que están ocupando espacios dejados por las Farc.
En ese sentido, el informe expresa preocupación por el alto número de violaciones registrado en 2018, aproximadamente la mitad del total acumulado durante el periodo analizado.
La organización apunta que ese repunte se debió sobre todo a la competencia entre grupos armados por el control de territorio.
La violación de los derechos de los niños más recurrente sigue siendo el reclutamiento de menores por parte de estos grupos y los ataques contra aquellos que los abandonan.
La violencia sexual sigue siendo también una gran preocupación para la ONU, que asegura que los casos son a buen seguro mucho más numerosos que los documentados.
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