Dos eminentes naturalistas franceses tienen relación con esta ave maravillosa; los dos fueron víctimas de la revolución francesa.

El primero, Bernard Germain Étienne de Laville-sur-Illon, conde de Lacépède, que fue además músico y político, y quien, por oponerse a Robespierre, durante el Régimen del Terror, tuvo que exiliarse para salvar su vida.

Regresó luego como director del Museo Nacional de Historia Natural, denominado antes como el Jardín del rey, y que ahora se conoce como el Jardín de plantas, es decir el jardín botánico de París.

(Vea también: Quindío tiene casi el 30 % de la variedad de aves nativas del país)

Lacépède le dio el nombre Tyrannus al género, por la característica agresiva de las especies cuando defienden su territorio. Agrupa muchísimas aves, todas exclusivas de América, que conforman la familia Tyrannidae, con más de 400 especies, que en Sudamérica es la más numerosa de todas las familias de la avifauna.

El nombre de la familia es obra del zoólogo y político irlandés Nicholas Aylward Vigors, quien en 1825 la publicó en el libro “Observación sobre las afinidades naturales que conectan los órdenes y las familias de las aves”.

El otro naturalista francés, nacido 8 años antes, fue Louis Pierre Vieillot, quien tuvo que huir a los Estados Unidos luego de la revolución francesa.

Fue un ornitólogo muy célebre que describió 26 géneros de aves y quien publicó en 1808 la especie Tirannus savanna. El epíteto específico hace alusión a las sabanas, llanuras con vegetación herbácea, palabra que proviene al parecer del Taíno, lengua Caribe precolombina de los archipiélagos de las Antillas.

Está bella avecilla tiene una característica cola bifurcada, extremadamente larga. Por ello en español se le llama cola de tijera o tijereta y en inglés Fork-tailed Flycatcher, que podría traducirse libremente como atrapamoscas con cola de tenedor. 

Reside habitualmente en terrenos abiertos en algunos sectores de Centroamérica, en el Caribe colombiano y venezolano, en la parte central de Colombia, y en el sur, en la parte baja de Brasil y Argentina. Y es apreciable en casi toda Colombia, con excepción de la región Pacífica.

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En la lista de especies amenazadas de la Unión internacional para la conservación de la naturaleza se encuentra en la categoría Preocupación menor (LC).