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Con un dispositivo electrónico que intenta aislar las señales electromagnéticas de celulares y dispositivos GPS, los delincuentes buscan evadir el rastreo de los automotores que se hurtan, invirtiendo por estos entre $ 150.000 y $ 15 millones. Sin embargo, su efectividad queda en tela de juicio, puesto que aún con estos artefactos, las autoridades lograron recuperar carros y motos hurtadas.
Así quedó evidenciado la semana anterior con una camioneta de alta gama, a la cual un hombre le instaló hace algunos años este dispositivo de seguridad. Sin embargo, al venderla, no se lo quitó y esta la hurtaron horas después de cerrarse el negocio.
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Cuando la Policía llegó al sitio donde estaba el carro robado, se encontraron con que este lo estaban despiezando y en una de sus sillas estaba un objeto cuadrado, con cuatro antenas y un cable que estaba conectado a su batería.
De acuerdo con los informes policiales se trata de un inhibidor de señal, el cual tiene como finalidad aislar cualquier conexión de las redes de telefonía celular, la cual es usada regularmente por los operadores de GPS de seguridad vehicular.
Rolando Plazas, gerente de MRE Hunter, una de las empresas que instala los GPS, expresó que la efectividad de los inhibidores es muy baja, puesto que la evolución de la tecnología de las comunicaciones en general hace que su accionar sea tan poco efectivo.
“Estos dispositivos se consiguen en el mercado muy fácilmente y algunos delincuentes los utilizan sobre todo para el hurto de vehículos de alta gama y mercancía”, expresó Plazas.
Los delincuentes, y la comunidad en general, no tienen mayores dificultades para conseguir estos dispositivos promocionados para intentar dejar sin señal a los GPS.
En un rastreo realizado en páginas como Mercado Libre y Amazon se pueden encontrar equipos que prometen aislar la señal de cualquier equipo celular. Existen desde memorias USB hasta grandes dispositivos que prometen cumplir con el objetivo en cuestión.
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“Algunos pueden funcionar temporalmente en un radio de hasta siete metros a la redonda. Cuando hacemos rastreos, se puede perder la señal temporalmente, pero siempre existen fugas y ahí es cuando terminamos dando con los vehículos”, relató Plazas sobre cómo funcionan.
Esto se debe, en gran parte, a que las ondas de señal se pueden escapar fácilmente y generar una comunicación, así sea mínima, con quien la está requiriendo, por lo que los delincuentes, ante la presencia de las autoridades, tienen que optar por escapar, dejando abandonado el vehículo y, de paso, el dispositivo que les costó mucho dinero.
“Para los delincuentes no es tan rentable conseguir estos aisladores porque hay unos que pueden costar mucha plata, mucho más de lo que vale una motocicleta. Por eso se ve, más que todo, con vehículos de alta gama y robo de vehículos con mercancía, ya que ahí para ellos, en teoría, se justificaría la inversión”, manifestó el experto.
Debido a la cuestionable efectividad de los inhibidores de señal, “que solo se usan como producto de que la gente ve películas como Rápido y Furiosos”, tal como manifestó Plazas, los ladrones de motos buscan otros métodos menos riesgosos para tratar de materializar este hecho delictivo.
El más común es el del llamado enfriamiento, que consiste en dejar la moto en un sitio abandonado, pero bajo la distante vigilancia de los delincuentes, a la espera de la presencia de la Policía, durante un periodo que no supera las dos horas.
Si hacen presencia los uniformados en el sitio por la ubicación de los GPS, estos se llevan la motocicleta sin exponer los lugares donde están los deshuesaderos. Si no van, optan por quitarle todo elemento de rastro y proceder con el desarme de las motos y los carros en poco tiempo.
“Muchas veces, por la demora en la denuncia del hurto, cuando se presenta bajo la modalidad de halado, los delincuentes logran ubicar el GPS y quitarlo. Hemos encontrado muchos tirados en mangas y en ríos, por lo que pedimos que intenten reportar el hurto en el corto plazo para poder hacer efectiva la recuperación”, manifestó el representante de MRE Hunter.
Este año, según el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc), se recuperaron 484 motocicletas y 69 carros robados en Medellín, muchos con el apoyo de estas tecnologías. Pero los delincuentes continúan buscando las formas para robarles a las personas los vehículos que con tanto esfuerzo han conseguido y que no los pillen.
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