Todo comenzó al as 5:00 de la mañana con un reporte de Gómez sobre el clima en Bogotá y el país, destacando “el cielo despejado para el programa”. Después, informaciones corrientes, como el estado de la vía al Llano.

A las 6:00 de la mañana, saludó de nuevo en el comienzo de la emisión central y dijo: “Aquí es cuando uno debería decir ‘Feliz amanecer’”, evocando el tradicional saludo de su predecesor. “Pero no sé si tengamos los derechos de autor para decirlo”.

“Creo que esa frase le corresponde a otra persona”, le dijo Darcy Quinn, sobreviviente del anterior equipo de trabajo. Y así le dieron paso a Arizmendi, a quien Gómez le preguntó por la titularidad de los derechos de la frase.

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“Todos los derechos míos son suyos”, le dijo Arizmendi. “Adelante, maestro. Mucha suerte y muchos éxitos”.

Acto seguido, dio paso a su editorial, relacionado con las revelaciones de la revista Semana sobre irregularidades en el Ejército.

En general, se puede decir que no todo cambió. El decorado sí varió: las cortinillas, la fanfarria emblemática del espacio informativo fueron remusicalizadas (actualizadas) y hasta la versión orquestada del himno nacional fue remplazada por una interpretada solo con guitarra.

La otra novedad que presentó el informativo radial bajo la dirección de Gómez fue la participación de oyentes opinando, este lunes, sobre el tema del día (¿qué proceso de paz fue mejor, el de Andrés Pastrana o el de Juan Manuel Santos?), pero la estructura en general de la emisión se mantuvo.

Sin embargo, lo que sí despertó el remozamiento del programa fue comentarios de todo tipo, algo esperable si se tiene en cuenta que es uno de los espacios radiales más escuchados del país.

Unos servirán para que Gómez ajuste unos detalles y otros para que corrija el rumbo. Pero la mayoría constituyen una fuerte voz de felicitación, aliento y buenos augurios para la nueva etapa, no solo de este periodista, sino de un medio tradicional en Colombia que desde la renovación busca mantener su vigencia.