El expresidente Álvaro Uribe publicó una carta de 26 puntos dirigida al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, que está en Colombia con ocasión de los cinco años de la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno de Colombia y las extintas Farc. Guterres, si bien elogió a su llegada al país el acuerdo con esa guerrilla, también afirmó este martes que la paz tiene “enemigos”.

En la primera frase de su primer punto, Uribe niega tajantemente que en Colombia haya habido acuerdo de paz. Para el expresidente, más bien, “se fracturó la Legislación Nacional y se desafió la Internacional al dar impunidad total y elegibilidad política a personas responsables de delitos atroces, por ejemplo, de secuestro y violaciones de menores”.

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Si Guiterres lee el texto, como le puede ocurrir a cualquiera, con esa introducción inferirá cuál es el sentido y el tono de toda la misiva de tres páginas. En ese mismo primer punto, Uribe redondea la idea de que, según él, “no se quiso aceptar por el Gobierno de entonces la alternativa que propuso la oposición [o sea, Uribe y su partido] para que estas personas por lo menos cumplieran una sanción razonable antes de ejercer la actividad legislativa”.

Guterres estuvo este martes junto al presidente Iván Duque y el gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, al lado de Rodrigo Londoño, excomandante de las Farc y actual líder del partido comunes, visitando en Dabeiba (Antioquia) a desmovilizados y conociendo sus proyectos, con lo cual valida el proceso que Uribe le muestra como inexistente.

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Así, resulta poco probable que uno de los propósitos de Uribe sea convencer a Guterres, pese a la abultada batería de argumentos que le expone en contra del acuerdo de paz. Quizá el propósito de la misiva sea hacer un resumen de sus tesis, que sintetizan el ideario de su partido, para volverlas a exponer en un país que ya tiene en la mira las elecciones presidenciales del año entrante.

En la carta, Uribe insiste en su idea de que en materia de impunidad “Colombia se salió de la regla de las democracias occidentales que exigen pena privativa de la libertad y no elegibilidad política de los responsables de delitos atroces”, y agrega que “varios de los integrantes del equipo negociador del Gobierno han señalado graves fallas del proceso de negociación y del Acuerdo”.

En este contexto, también en contravía de las tesis de Uribe, el gobierno de Estados Unidos anunció este martes, mediante notificación al Congreso de ese país, que sacará a las Farc de su lista de grupos terroristas.

Otro de los temas a los que se refiere Uribe en su misiva es el del narcotráfico, en el que mezcla cifras con su constante señalamiento al gobierno del expresidente Juan Manuel Santos. “La permisividad con el narcotráfico de Farc, elevada a rango Constitucional, llevó a pasar, según la medición de ONU, de 45 mil hectáreas de coca, aproximadamente, en los años 2012 y 2013 a más de 250 mil en 2018”.

El Acuerdo y las medidas concordantes del Gobierno de entonces, como la prohibición de la fumigación, dejaron al actual Gobierno en seris dificultades para erradicar esos cultivos”, dice en otro de sus apartes la carta de Uribe a Guterres. “Los programas de sustitución que dejó el anterior Gobierno han resultado muy costosos e ineficientes. Muchas personas reciben el dinero, eliminan la droga en algunas parcelas pero en el entorno se amplían los cultivos”.

En suma, para Uribe, el acuerdo de paz, con la impunidad que siempre ha criticado, más el narcotráfico “sembró” en Colombia un “Estado Criminal alternativo que se constituye en seria amenaza al Estado de Derecho”.

Después de pasar por situaciones como la del referendo por la paz en el que ganó el no, su malestar por el trato a las Fuerzas Armadas en el marco del acuerdo y hacer una parada en Venezuela, Uribe le dice a Guterres que se atrevió a escribirle no obstante su condición de “judicializado por razones políticas”, e indica que los asesores del secretario de la ONU pueden leer la causa judicial en su contra.