El temblor se produjo a 208 kilómetros de profundidad y de inmediato el Centro de Alertas de Tsunamis para el Pacífico dijo que no había riesgo de tsunami, al tratarse de un sismo muy profundo.

Poco antes, un sismo de 6,1 había sacudido Papúa, también en el extremo este del archipiélago indonesio.

El temblor, a 21 km de profundidad, tuvo su epicentro a 240 km al oeste de la ciudad de Abepura, según el USGS.

De momento no se disponía de informaciones sobre víctimas tras ninguno de los dos sismos.

Indonesia, un archipiélago formado por 17.000 islas e islotes que se formó por la convergencia de tres grandes placas tectónicas (la indo-pacífica, la australiana y la euroasiática) se encuentra en el Cinturón de Fuego del Pacífico, una zona de fuerte actividad sísmica.