El alcalde de Medellín, Daniel Quintero, aseguró este lunes que las obras del metro ligero de la 80, la obra de transporte masivo más importante desde la construcción de la Línea A del metro, comenzarían a mediados de febrero.

El anuncio, realizado durante un consejo de gobierno, se produjo dos meses después de que ese megaproyecto fuera adjudicado a una unión temporal compuesta por las empresas China Railway Construction Company CRRC y Mota-Engil.

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“Durante la segunda semana de febrero, empieza la construcción de la tercera línea del metro de Medellín, después de 25 años. Va a demorar hasta 2028 su construcción. Por tanto, si no hay retrasos, sería una obra de tres administraciones”, expresó el alcalde.

Aunque el mandatario local no adelantó mayores detalles sobre dicho inicio, sus declaraciones coinciden con el cronograma entregado por el Metro de Medellín en noviembre de 2022, cuando su gerente, Tomás Elejalde, señaló que se presupuestaba iniciar los trabajos durante el primer trimestre de 2023.

Sobre los primeros frentes de trabajo, el exsecretario de Planeación y exgerente del proyecto, Sergio López, había precisado que los mismos estarían localizados cerca al barrio El Volador, en donde la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU) avanza con la compra de 2.000 predios.

“Para esto se gestionaron cerca de $950.000 millones. Allá va a llegar la mayoría de elementos y de personal porque la obra comenzará de norte a sur”, dijo entonces el funcionario.

Tal como lo contó este diario desde agosto de 2022, el proceso de licitación y contratación del Metro de la 80 estuvo marcado por varias polémicas, que van desde líos reputacionales del único oferente que se presentó hasta incertidumbre por la forma en cómo se estructuró el proyecto.

Pese a que la obra fue concebida con un presupuesto de $3,5 billones en un Conpes de 2020, la inflación y el incremento en los costos de las materias primas a nivel global han generado preocupación en el sector constructivo, desde donde se plantea que el valor del acero y de componentes de cableado y tecnología podrían estrechar el margen financiero del proyecto.

De acuerdo con los diseños de la obra, la futura línea tendrá una extensión de cerca de 13,25 kilómetros y atravesará el costado occidental del Valle de Aburrá, en una zona de influencia habitada por más de un millón de personas y compuesta por 38 barrios de Medellín e Itagüí.