El alcalde, Efraín Calderón, manifestó que los alambres y barricadas en guadua son para “evitar el ingreso de personas contagiadas que pueden poner en peligro la salud de los habitantes”, según El Tiempo.

La decisión se tomó porque desde el 2013, el hospital del pueblo fue liquidado, al parecer, por decisión de la Secretaría de Salud del Huila, el Ministerio y la Superintendencia de Salud, debido a una mala administración y porque no era rentable financieramente, explicó el portal Laboyanos.com.

Debido a que el COVID-19 ya se propaga por Huila y en Altamira no hay cómo atender la crisis sanitaria, los moradores —liderados por las autoridades— instalaron los cercos en las tres entradas principales, que comunican con los municipios de Garzón y Pitalito y el departamento de Caquetá, añade el medio digital, que también señala:

“Dejaron una única entrada la cual es custodiada por las fuerzas militares, Policía, Cuerpo de Bomberos, entre otros, y donde se ejerce un estricto control de desinfección y empadronamiento a quien desee ingresar al casco urbano”.

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Los residentes, unos 3.600, apoyan la estricta decisión porque “nadie quiere sufrir esa enfermedad, y nos unimos para protegernos nosotros mismos”, de acuerdo con el diario.

“Somos el único municipio del Huila que no cuenta con un hospital. Debo decir que asumo y recibo las críticas a esta medida con la tranquilidad de que como mandatario estoy haciendo lo necesario”, afirmó Calderón en Noticias Caracol.

El noticiero mostró con imágenes cómo quedó cercado el municipio tras la decisión del alcalde.