Más de 30 familias del barrio Belén, de Ibagué, exactamente de la carrera 10 con calle Novena, llevan tres años sin poder respirar tranquilos debido a un problema en la red de alcantarillado.

En diálogo con Q’Hubo, Mariela González, una de las afectadas, explicó que las aguas negras de 33 viviendas no tienen conexión con el colector de Ibal ya que la constructora encargada del conjunto El Faro, “cerró la servidumbre cuando hizo la construcción”, dijo.

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Así las cosas, las aguas negras de todas las casas llegan hasta el patio de su vivienda y esto, además de los problemas de salubridad, está acabando con su inmueble.

“El mal olor se siente en todo el sector y mi casa (de tres pisos) está bastante afectada. Ya un apartamento está inhabitable, tiene humedad y huele a pestilencia. Lleva meses desocupado”, indicó.

Y agregó, que aunque la comunidad inició un proceso jurídico contra el Ibal en la Inspección de Policía de La Pola, la empresa les habría respondido que no tiene responsabilidad en el caso. 

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“Necesitamos que el Ibal se apersone de la situación porque tenemos el escrito de la Secretaría de Salud que le ordena dar solución al problema. La constructora construyó unas paredes en la servidumbre, encerró las aguas negras y ninguna entidad ha tomado cartas en el asunto. Es el Ibal el que debe dar una solución. Nos estamos asfixiando con esos olores”, puntualizó la ciudadana.