El abogado ve enemigos en todas partes. El cerco del que habla lo compondrían “Santos y sus amigos, la Corte Constitucional, el Procurador y los partidos de oposición, las Farc y la izquierda radical, y los medios tradicionales y sus periodistas que posan de objetivos”.

En su opinión, el presidente combate “con argumentos y acuerdos consensuados” la costumbre de “comprar conciencias a punta de puestos, contratos y pauta publicitaria“.

Además, dice que el partido de gobierno no ha podido sobreponerse a los estigmas como “el partido que se opone a la paz“, lo que atribuye a un coletazo de su intención de cortar con la denominada mermelada.

No obstante, sus denuncias llegan el mismo día en que el exvicepresidente Germán Vargas Lleras denunció a dos funcionarios de la presidencia de llamar a congresistas para ofrecer puestos en el gobierno a cambio de su apoyo al Plan Nacional de Desarrollo.

Germán Vargas Lleras

Artículo relacionado

Vargas Lleras vuelve a acusar a dos funcionarios de presidencia de ofrecer mermelada

En su columna alcanzó incluso a quejarse de las críticas del presidente estadounidense Donald Trump por la producción de droga en Colombia: “Se pasó de calidad el presidente Trump: pretender que el presidente Duque resuelva en 7 meses la herencia maldita de las más de 250.000 hectáreas de coca que le dejó Santos”, afirmó.

Aún así, de la Espriella también reconoce que “el propio gabinete aún no conecta”. Según él, “se requieren halcones con peso político y conocimiento del juego de poderes y no mansas palomas“.