Esto sin nombrar que una de las primeras consecuencias para los ciudadanos es que la Policía comienza a ver a cualquiera que porta una dosis como un sospechoso de delitos relacionados con el tráfico de estupefacientes, y a veces persiguen al ciudadano del común así no porte nada, como le sucedió a un padre que paseaba con su pequeña bebé de 2 años hace unos días.

La anterior es una de las conclusiones que el portal ¡Pacifista! encontró después de consultar a los expertos Julián Quintero, de Acción Técnica social ­–una organización que lleva más de 10 años trabajando en enfoques alternativos de la política de drogas– y Adriana Muro, de Elementa, una Consultora en Derechos que desarrolla proyectos de investigación e incidencia en materia de política de drogas y derechos humanos.

El consumo problemático es el que implica riesgos para vida del usuario –incluida la relación de dependencia con la sustancia–  o de terceros que lo rodean, en casos en los que el uso pueda derivar en conductas violentas o irresponsables.

El consumo recreativo, en cambio, es el que no representa ningún riesgo ni para la persona ni para su entorno, se asienta en el libre desarrollo de la personalidad y ocurre de manera moderada y esporádica.

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De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el 89 % de los consumidores tiene un uso no problemático de las drogas.

No obstante, como se dijo anteriormente, el decreto pone en la misma bolsa a quien porta la dosis personal y genera castigos sin tener en cuenta los contextos del consumo ni del mismo porte. Por esta razón, ¡Pacifista! elaboró de la mano con los expertos consultados, una guía práctica para consumidores recreativos de drogas, con el fin de evitar posibles abusos de la Policía. Estos son sus apartados más destacados:

  1. Si la Policía encuentra sustancias en su poder, grabe el procedimiento. Esto le servirá para hacer contrapeso a la versión de los uniformados, expresar su desacuerdo y denunciar atropellos.
  2. Mantenga la calma. Con el decreto, la Policía lo puede multar por portar droga, pero no llevárselo. Si se exalta en exceso e incurre en insultos o conductas violentas, los agentes podrían encontrar justificaciones para judicializarlo.
  3. Cerciórese de que la Policía destruya la sustancia en su presencia. El decreto no habla de cómo debe ser destruida la droga, pero no asegurarse de eso podría significar que su droga pueda terminar en otra parte o en manos de otro consumidor.
  4. No consuma en espacios públicos y procure no portar su dosis personal. La Policía está facultada para sancionarlo con el nuevo decreto, así le parezca injusto o tenga pensado consumirlo en un ambiente privado.
  5. Evite estar bajo los efectos de las drogas en espacios públicos. Esa es una conducta sancionable de acuerdo con el Código de Policía.
  6. No cometa el error de dividir su dosis y esconderla en diferentes bolsillos de ropa o equipaje para que no lo descubran. Si lo hace y lo descubren, estaría dando pie a que lo acusen de microtráfico de drogas.
  7. No permita que la Policía le decomise los implementos necesarios para el consumo. Los uniformados están facultados para decomisar y destruir su droga, pero no sus pipas, encendedores, jeringas y otros elementos.

La publicación de esta guía se dio en el marco de la manifestación y jornada de empoderamiento ‘Pro-dosis personal’, que tendrá lugar en la Plaza de la Democracia de Bogotá (calle 26 con carrera 30) el próximo sábado 20 de octubre de 11 a.m. a 11 p.m.

La actividad, libre de consumo, se enfocará en entregarle información a la gente sobre sus derechos frente al consumo, acompañada de diferentes actividades artísticas y culturales.