Según el implicado, este ‘operativo’ de la Policía es una de esas requisas en las que no hay evidencia de que la persona lleva drogas, destaca el portal Pacifista, y que se persigue al ciudadano sin razón, pues al final de lo sucedido, jamás le informaron quién lo había denunciado o por qué lo habían abordado.

Cuando los agentes en moto lo interceptaron y le pidieron una requisa, Rodrigo Estrada se opuso, pues llevaba a su hijita en el coche: “’Haga un favor, una requisa’, dice el que se baja de la moto. ‘¿Cómo así?, ¿por qué?, no me puede hacer una requisa’’, le digo asombrado”, narra el afectado.

Ante la negativa de Estrada, el policía le dijo que sí podía hacerle la requisa y lo sujetó por el brazo: “La ciudadanía ha informado que usted está vendiendo droga, tengo que registrarlo”, dijo el agente según el relato del ciudadano, que recoge Pacifista.

Juanes en San Juan, Puerto Rico

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Ya en medio de la discusión, uno de los agentes decidió llamar refuerzos, y minutos más tarde apareció otra moto con dos uniformados: “Yo pensé que los que llegaban venían a calmar la situación, pero no fue así”, le dijo Estrada a Pulzo.

Finalmente, fueron llegando más policías, hasta completar ocho uniformados, y la madre de la pequeña. Fue en ese momento en que Estrada le dio la niña a la mujer para que la sostuviera, y ahí sí permitió que le hicieran la requisa.

Los agentes no hallaron nada pero sí le impusieron un comparendo de 800.000 pesos por no dejarse requisar.

Al principio del episodio, varios testigos se quedaron mirando la escena pero ninguno quería grabar lo sucedido con sus teléfonos, pese a los gritos de Estrada denunciando que estaba siendo víctima de un atropello por parte de las autoridades. Incluso, uno de las personas que pasaban por el lugar le preguntó “si no estaba cargado”.

Al final, solo un transeúnte grabó parte de la bochornosa escena, en la que la niña lloraba y el padre estaba entre intimidado, rabioso e impotente.

El video se lo hicieron llegar al interesado pero él dice que no quiere exponerse más ni revictimizar a su hija viralizando las imágenes, aunque sí llama la atención de cómo el mismo hombre que había intervenido antes (el de si “no estaba cargado”) le gritaba que se dejara requisar, cuando para él ese simple hecho era una violación a sus derechos.

Marihuana

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Lo que Estrada pretende es, según le dijo a Pulzo, que la sociedad colombiana tome conciencia de cuáles son sus derechos y que se eviten casos como este con la excusa del cumplimiento de un decreto contra el consumo mínimo de sustancias alucinógenas, pues se convierte en una cacería de brujas para el ciudadano de bien.

Estrada le contó a Pulzo que la situación se calmó porque vino un capitán de la Policía y les puso orden a sus subalternos.