Por: LA PATRIA

Noticias de Manizales y Caldas: todo en actualidad, investigación, deportes, vías y noticias de la región en La Patria.

Este artículo fue curado por pulzo   Ago 26, 2025 - 10:58 pm
Visitar sitio

El 17 de julio de 2025, Colombia y Venezuela protagonizaron un hecho trascendental en la diplomacia regional al firmar un memorando de entendimiento para la creación de una zona económica binacional en su frontera compartida. Este acuerdo, con una duración prevista de cinco años, establece un marco de cooperación con el fin de robustecer el comercio bilateral, coordinar proyectos conjuntos en sectores estratégicos como salud, educación, cultura, turismo, transporte, gas, petróleo y electricidad, e integrar de manera productiva a ambos países. La noticia, recogida por fuentes como el Instituto de Estudios Regionales Fronterizos y medios como El Espectador, revela tanto la ambición integradora del pacto como los interrogantes institucionales y políticos que ya comienza a suscitar en territorio colombiano.

La decisión de crear una zona económica compartida se origina en un contexto histórico caracterizado por una frontera de más de 2.200 kilómetros, donde viven cerca de dos millones de personas afectadas por dinámicas económicas, sociales y familiares que trascienden los límites formales. Según el Informe del Instituto de Estudios Regionales Fronterizos (2023), las relaciones entre Colombia y Venezuela han estado marcadas por periodos de tensión y cierres fronterizos, de modo que la nueva zona económica se presenta como un intento de superar viejas divisiones políticas en favor de una integración más profunda y pragmática.

Para el presidente Gustavo Petro, lo pactado es un avance hacia la construcción de condiciones sociales y económicas que refuercen lazos históricos y permitan mejorar el bienestar de las comunidades fronterizas. Petro mencionó, en declaraciones oficiales el 20 de julio de 2025, que la iniciativa responde a la “interdependencia de estas regiones y sociedades” y buscaría permitir que ambos pueblos prosperen y sean dueños de sus territorios. No obstante, desde la oposición colombiana, organismos y ciudadanos han expresado preocupaciones acerca de la posible afectación a la soberanía nacional y el uso poco transparente de recursos públicos, incentivando una demanda de inconstitucionalidad ante la Corte Constitucional promovida por el ciudadano David Jacobo Gómez Zamora.

El debate jurídico cobró fuerza tras la admisión de la demanda por parte del alto tribunal, que solicitó pruebas adicionales y la entrega de una copia del memorando, como consta en los comunicados oficiales. Cabe resaltar que el memorando, de acuerdo con la documentación de la Agencia de Cooperación Internacional para el Desarrollo (2024), establece que la zona binacional no implica cesión de soberanía ni compromisos presupuestales obligatorios, intentando así controlar las inquietudes iniciales sobre un posible desbordamiento de atribuciones constitucionales.

Lee También

En términos regionales y diplomáticos, el acuerdo representa una apertura histórica luego de años de relaciones tensas e incluso rupturas formales en la frontera. Según estudios comparativos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL, 2022), experiencias similares en otras partes del mundo han favorecido el incremento del comercio y el desarrollo local, aunque también requieren un diseño institucional transparente y mecanismos sólidos de supervisión para evitar polémicas o abusos en la gestión de los recursos y la coordinación binacional.

La profesora Catalina Gómez, experta en relaciones internacionales de la Universidad Nacional de Colombia, subraya que las zonas binacionales pueden ser una herramienta poderosa frente a problemas fronterizos, siempre que respeten por completo las normas constitucionales y se negocien con transparencia. El proceso judicial en marcha, donde la Corte Constitucional ha ordenado obtener documentos y testimonios clave, evidencia la fortaleza institucional de Colombia para garantizar que las grandes apuestas de integración fronteriza se realicen conforme a la ley y con adecuada participación ciudadana, como remarca el comunicado oficial del tribunal emitido en agosto de 2025.

Al cierre, la creación de la zona económica binacional Colombia-Venezuela se perfila como una respuesta estratégica a las complejidades socioeconómicas de la frontera y un modelo que, aunque prometedor, exige un cuidadoso equilibrio entre integración y respeto a la legalidad. La vigilancia judicial y el debate público serán determinantes para asegurar que la cooperación binacional favorezca el desarrollo y la estabilidad regional, sin transgredir los fundamentos constitucionales de ambos países.

Preguntas frecuentes relacionadas

¿Qué sucede si la Corte Constitucional declara inconstitucional el memorando para la zona económica binacional?

Si la Corte Constitucional, tras evaluar los documentos, pruebas y argumentos, llegara a considerar que el memorando firmado entre Colombia y Venezuela vulnera preceptos fundamentales de la Constitución, la iniciativa podría quedar anulada o sujeta a reformas profundas. Este escenario pondría en pausa los planes de integración, limitando la ejecución de proyectos conjuntos y afectando tanto la dinámica comercial actual como las expectativas de desarrollo social en la frontera. De acuerdo con prácticas previas, la Corte suele salvaguardar la participación ciudadana y la soberanía, estableciendo criterios claros para la validez de acuerdos internacionales.

El impacto de una decisión como esa trascendería el plano jurídico, pues incidiría en la relación diplomática y en la percepción de viabilidad de futuras iniciativas binacionales. Además, podría servir de precedente para la revisión de otros contratos o memorandos internacionales, reafirmando la obligación de respetar la Constitución y la consulta social en cualquier política de integración.

¿Qué es técnicamente una zona económica binacional y cómo funciona?

Una zona económica binacional es un espacio delimitado entre dos países donde se acuerdan condiciones especiales para facilitar el intercambio de bienes, servicios y cooperación en áreas estratégicas como educación, salud, transporte o energía. Este tipo de zona suele contar con normativas aduaneras, fiscales y regulatorias adaptadas, permitiendo que empresas y ciudadanos de ambas partes colaboren de manera más eficiente y competitiva, siempre bajo un marco que resguarda la soberanía nacional de cada Estado.

En el caso específico de la frontera colombo-venezolana, el funcionamiento de la zona dependerá de la implementación conjunta de políticas binacionales y del monitoreo de organismos oficiales tanto de Colombia como de Venezuela. Experiencias internacionales demuestran que, para que estas zonas sean exitosas, requieren transparencia administrativa, instituciones coordinadas a ambos lados de la frontera y mecanismos efectivos de solución de controversias.

* Pulzo.com se escribe con Z

Lee todas las noticias de mundo hoy aquí.