Según las autoridades, una nube de polvo causó que el piloto perdiera el control y se desplomara sobre una camioneta en un campo abierto, donde los residentes locales habían establecido un campamento para pasar la noche ante el temor de que alguna réplica pudiera derrumbar sus casas. El ministro del Interior, Alfonso Navarrete, y otros funcionarios, viajaban abordo.

El gobierno ajustó la cifra de muertos de 13 a 14, incluidos un bebé de seis meses y una niña de 10 años.

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Además de Navarrete, en el helicóptero viajaba el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat.

El ministro de Defensa, Salvador Cienfuegos, viajó a Santiago Jamiltepec para reunirse con las familias de las víctimas.

Cienfuegos dijo que la secretaría de la Defensa “asume totalmente su responsabilidad”.

Prometió además “estar pendientes de todos y cada uno” de los habitantes del lugar. “Nos sentimos tristes y consternados”, agregó.

El terremoto causó daños relativamente menores. Las únicas muertes ocurrieron por el accidente, que además dejó 15 heridos.

La intensidad fue fuerte y provocó pánico entre los habitantes del centro y sur de México debido a que aún está fresco el recuerdo de dos sismos registrados en septiembre que dejaron un total de 465 muertos.

Con AFP