Una nueva erupción del volcán, situado a 65 km al sur de Manila, podría producirse “en las próximas horas o días”, declaró Renato Solidum, jefe del Instituto de vulcanología y sismología de Filipinas.

“Me preocupa que pueda entrar en erupción (…) pero eso se lo dejo al destino. Solo tengo que rezar”, declaró Eduardo Carino, empleado en un hotel situado no muy lejos del volcán.

Los responsables filipinos de la aviación ordenaron la suspensión de los vuelos hacia y desde el aeropuerto internacional de la capital, el Ninoy Aquino, después de que se informara que la nube de cenizas emitida por el volcán llegó hasta una altura de 15.000 metros.

En un primer tiempo, las autoridades suspendieron los vuelos de ese aeropuerto durante unas horas, pero más tarde anunciaron que los vuelos se cancelaban “hasta próximo aviso”.

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El secretario de Transporte, Arthur Tugade, instó a las autoridades de la aviación que “hicieran cuanto fuera necesario en favor de la seguridad pública“, según un comunicado conjunto de las autoridades aéreas y de transporte.

La última erupción del Taal data de 1977.

El archipiélago de Filipinas se encuentra en el “Cinturón de fuego” del Pacífico, donde las placas tectónicas entran en colisión, causando sismos y fuerte actividad volcánica.

En enero de 2018, decenas de miles de personas tuvieron que ser evacuadas debido a una erupción del Monte Mayon, en la región central de Bicol.

Terremoto en Filipinas de 6,9 provocó pánico y daños en Cebú; se descartó tsunami en el Pacífico

Un temblor en Filipinas, de magnitud 6,9, sacudió este martes 30 de septiembre las costas, informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), corrigiendo un registro anterior de 7,0. El epicentro del sismo se ubicó en el mar a unos 11 kilómetros al sureste de Calape, un municipio de la provincia de Bohol, con una población de cerca de 33.000 personas.