Los choques con piedras, pirotecnia y gases lacrimógenos estallaron en los alrededores de la sede del Legislativo, que el miércoles fue asaltada por indígenas que ocuparon brevemente el hemiciclo.

En los disturbios participan indígenas de la Amazonia que armados con lanzas se sumaban desde el viernes a las protestas.

“Asesinos”, gritaban a los policías los manifestantes, algunos encapuchados y que además portaban palos y banderas de Ecuador.

El miércoles murió en Quito un líder indígena durante una gran movilización contra el gobierno.

Unos mil aborígenes más llegaron a la capital y “otro grupo está por llegar”, dijo previamente Apawki Castro, portavoz de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), que encabeza las manifestaciones que completan diez días contra el presidente Lenín Moreno.

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Las comunidades amazónicas se adhieren a las del centro andino que han entrado a la capital desde el lunes a pie y en autobuses, desafiando el estado de excepción impuesto por Moreno.

Acosado por las protestas, Moreno dejó el control del orden público a los militares y trasladó el lunes pasado la sede del gobierno de Quito al puerto de Guayaquil.