De acuerdo con las autoridades del condado de Woodford, Illinois (EE. UU.), en la vivienda se encontraban 3 niños (sus hermanos y un primo) y 3 adultos (la mamá, la bisabuela y el novio de su progenitora), publica el diario Journal Star.

Por ello, la fiscalía lo acusa del asesinato en primer grado de estas 5 personas, además le imputaron un cargo por incendio premeditado y otro por incendio premeditado agravado, indica el mismo diario.

Greg Minger, fiscal del condado, dijo al rotativo estadounidense que acusarlo fue una decisión difícil pero que se debía tomar: “Es una tragedia, pero al final se está acusando a una persona muy joven de uno de los delitos más graves que tenemos”.

Según las conclusiones de Tim Ruestman, forense de Woodford, el incendio acabó con la vida de Ariel Wall, un bebé de un año; Rose Alwood y Daemeon Wall, ambos de dos años; Jason Wall, de 34 años; y Kathryn Murray, de 69 años.

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Katrina Alwood, de 27 años y mamá del menor, logró escapar de las llamas mientras la gran mayoría de su familia moría. Sin embargo, ella defiende a Kyle y dice que su hijo “no es un monstruo” y que hace poco había sido diagnosticado de esquizofrenia, indica por su parte la cadena CBS.

“Me paré en la ventana y les dije a mis hijos que lamentaba no poder salvarlos. [Les dije que] mami estaba justo ahí y que los amaba. Si hubo suerte, por lo menos escucharon eso. También le dije a Jason que lo amaba… y entonces algo me dijo que se habían ido”, relató la mujer a esa cadena.

“Todos lo miran como si fuera una especie de monstruo, pero no lo es…La gente comete errores, y esto es eso. Sí, fue una tragedia horrible, pero todavía no es algo por lo que tenga que tirar su vida”, añadió Alwood, esperando que el juez se compadezca de su hijo.