Roger Borges, padre del menor, dijo que su hijo recibió los disparos en las piernas y en la espalda, y que uno de los proyectiles le afectó uno de los pulmones y “un poco el hígado”. A pesar de eso, aseguró que su vida ya no corre peligro, informa El Nuevo Herald.

Nikolas Cruz, autor de la masacre, le disparó a Anthony cuando intentaba, en compañía de una profesora, cerrar la puerta del salón en el que estaban. La docente no corrió con la misma suerte que el joven venezolano, ya que murió debido a los disparos que recibió, recoge El Nacional.

A través de la plataforma GoFundMe, la familia del joven empezó una campaña para recoger 5 mil dólares (cerca de 15 millones de pesos colombianos) para costear la recuperación del héroe, dice el citado medio estadounidense. Al revisar la página, sin embargo, se ve que el objetivo era de 500 mil dólares (más o menos 1.500 millones de pesos colombianos), y que ya las donaciones habían superado esa elevada cifra.

El sheriff del condado de Broward lo visitó el domingo pasado en el hospital, y publicó una foto de su recuperación que, según dijo, todavía es bastante larga, aunque va por buen camino.

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La acción de Anthony recuerda las reacciones de algunos profesores que lamentablemente murieron para salvarles la vida a sus alumnos. Tal es el caso de Scott Beigle, que puso en un lugar seguro a la hija del cantante colombiano Charlie Zaa (que estudia en el colegio) y a otros menores, y el del profesor Aaron Feis, que se puso como escudo humano para que unas niñas no recibieran disparos.