El Tribunal de la Ciudad del Vaticano abrió el juicio contra tres activistas medioambientales que en agosto pegaron sus manos a la famosa escultura del Laocoonte para protestar contra la crisis climática.

La primera audiencia sirvió para declarar en contumacia a los dos imputados que pegaron sus manos a la estatua, Guido Viero de 61 años y Ester Goffi de 26, así como a Laura Zorzini, la activista que grabó la protesta con su teléfono, según informó el medio Vatican News.

Todos estuvieron representados por sus abogados de oficio y, tras la constitución de las partes, con los Museos Vaticanos como agraviados, el juez pospuso la audiencia hasta el próximo 24 de mayo, cuando se escucharán los testimonios de la Fiscalía.

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La polémica acción tuvo lugar en la mañana del 18 de agosto de 2022, cuando Guido y Ester pegaron sus manos a la base del Laocoonte, un grupo escultórico de época romana, del año 40 a.C, que representa al famoso sacerdote troyano y sus hijos devorados por serpientes marinas, como narra ‘La Eneida’ de Virgilio.

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Hallada a comienzos del siglo XVI en un viñedo en la colina Opio de Roma, fue comprada por el papa Julio II y colocada en el Vaticano, lo que dio origen a los actuales Museos Vaticanos.

En su protesta, según la acusación, los manifestantes usaron “un adhesivo sintético particularmente fuerte y corrosivo” en un monumento de “inestimable valor histórico y artístico”.

El ordenamiento jurídico vaticano prevé para este delito penas de reclusión de entre un mes a tres años y multas de hasta 3.099 euros (15,5 millones de pesos).

Los defensores de los manifestantes, miembros del colectivo ‘Ultima Generazione’, han alegado que este pegamento “se puede quitar fácilmente” y que pusieron sus manos sobre la base y no sobre la escultura, conscientes de su enorme valor.