Se trata de AstraZeneca, que obtuvo 1.000 millones de dólares de Estados Unidos para desarrollar la vacuna.

El gigante farmacéutico, presente en más de 100 países, colabora en una investigación con la Universidad de Oxford para la fabricación de una vacuna que se encuentra actualmente en fase de ensayos clínicos.

El grupo aseguró estar “trabajando con varios países y organizaciones multilaterales para que la vacuna de Oxford esté ampliamente disponible en todo el mundo de manera equitativa” y afirma haber alcanzado “acuerdos por al menos 400 millones de dosis”.

AstraZeneca informó en un comunicado que recibió “una contribución de más de 1.000 millones de dólares de la Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédico Avanzado (BARDA) para desarrollar, producir y entregar una vacuna a partir de este otoño”.

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“Este programa incluye un ensayo clínico de fase 3 con 30.000 participantes y un ensayo pediátrico”, precisó el grupo el documento.

Por su parte, el gobierno británico anunció el domingo que dedicaría 84 millones de libras (102 millones de dólares, 94 millones de euros) adicionales a la investigación para obtener una vacuna de covid-19.

Esto se suma a los 47 millones de libras ya invertidos en las investigaciones realizadas por el Imperial College London y el Instituto Jenner de la Universidad de Oxford.

También el laboratorio francés Sanofi colabora desde mediados de febrero con BARDA, perteneciente al Departamento de Salud de Estados Unidos, que ha aportado 30 millones de dólares.

El grupo provocó indignación en Europa al anunciar que, dada esta inversión, distribuiría una posible vacuna con carácter prioritario a Estados Unidos.

AFP