Todo ocurrió en la universidad británica de Warwick, cuando un grupo de alumnas se percató de que algunos de sus compañeros y amigos más íntimos se referían a ellas en términos sexuales, conversaciones de un grupo cerrado que incluso hablaban de violarlas, reporta BBC; los muchachos llevaban un año y medio intercambiando mensajes.

Uno de tales mensajes hablaba sobre una de las niñas: “…Secuestrarla, encadenarla a la cama, hacer que se orine encima y después obligarla a dormirse meada”, destaca la BBC.

Al descubrir las conversaciones de alto contenido sexual y violencia, algunas estudiantes mujeres a quienes se hacía referencia en los chats decidieron notificarle a la universidad.

La entidad educativa tomó cartas en al asunto, recoge BBC: “Un estudiante fue expulsado y le prohibieron volver a entrar al campus de por vida. Otros dos también fueron expulsados y se les impidió entrar en los recintos universitarios durante 10 años. Dos más fueron suspendidos por un año”.

No obstante, tiempo después, las afectadas descubrieron que se les había suavizado el castigo a algunos de sus excompañeros y cuestionaron el manejo que la universidad le había dado al caso.

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También se puso en entredicho que desde que las estudiantes reportaron los chats de contenido sexual violento hacia ellas, el encargado de manejar la situación interna fue el jefe de prensa de la universidad quien, a juicio de las afectadas, no era al más idóneo, pues su objetividad quedaba cuestionada por ser vocero de la entidad hacia la opinión pública, un claro conflicto de intereses.

A pesar de que el caso ocurrió hace un año, el tema se volvió a adquirir vigencia y se convirtió en tendencia en redes sociales luego de que una de las alumnas publicó la etiqueta #ShameOnYouWarwick (“Avergonzada de ti, Warwick”).

Con todo y que la universidad está revisando sus procedimientos para que en el futuro se les dé un mejor manejo a asuntos de este tipo, las denunciantes de este caso sienten que por contar su situación, salieron castigadas por el mismo claustro educativo. Por lo pronto, solo quieren graduarse y no volver a saber nada de su ‘alma máter’.