Ramón Sosa, un hombre de origen puertorriqueño, se casó en 2009 con María, con quien compartía su pasión: los gimnasios, el boxeo y el deporte.  Sin embargo, en 2015, la relación se degradó y ella le pidió el divorcio, pero, tal vez para acabar con la cuestión de una vez por todas, contrató a alguien para que matara a su marido y le dio 2.000 dólares para que cumpliera la orden, informa Fox.

Lo que María (o Lulú, como la llaman) no sabía era que la persona que contrató para que llevara a cabo el crimen era un amigo de su esposo que, sin dudarlo, le advirtió a Ramón que “alguien” quería matarlo. El hombre, en un principio, se tomó el asunto como una broma, hasta que su amigo grabó una conversación con Lulú en la que quedaba claro que el plan iba en serio.

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Con esas pruebas, Ramón fue al FBI a denunciar a su esposa y, con la ayuda de las autoridades, llevó a cabo un plan: lo maquillaron como si hubiera recibido un disparo en la sien y le pidieron que se acostara en una fosa común. Allí le tomaron unas fotos, agrega ABC.

En este trino se ve el aspecto de Ramón con el maquillaje que le puso el FBI:

Un agente del FBI que se hizo pasar por sicario se encontró con Lulú, que vio las imágenes y, según el testimonio, sonrió al ver a su esposo muerto (o al menos como si estuviera muerto). Luego de eso, las autoridades procedieron al arresto, la mujer confesó su plan y ahora tendrá que pasar 20 años en prisión.