Los dos primeros policías que murieron en la sangrienta toma cayeron ejecutados por los hombres pertenecientes al autodenominado Grupo Estado Islámico.

Las fuerzas de seguridad intentaron durante la noche tres veces tomar el edificio y cada vez un kamikaze se hizo estallar impidiendo el avance, explicó este responsable.

Un cuarto kamikaze se hizo estallar el lunes, pero las fuerzas de seguridad finalmente pusieron fin a la toma de rehenes, según la misma fuente.

Otros dos kamikazes se habían hecho estallar cuando comenzó el ataque para permitir a sus cómplices ingresar en el edificio.

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“Las fuerzas de seguridad lograron ingresar en el edificio y limpiar los elementos del mal y del terrorismo”, afirmó en un comunicado el ministerio de Interior del gobierno del presidente Abd Rabbo Mansur Hadi, que estableció su sede en Adén desde que fue expulsado de la capital Saná a fines de 2014.

En un comunicado, el EI reivindicó el domingo el ataque.

El grupo Estado Islámico se implantó en el sur de Yemen luego de que las fuerzas progubernamentales tomaran la ciudad a los rebeldes hutíes durante el verano 2015.

Adén y el sur de Yemen son regiones en donde se implantó Al Qaida que aprovechó la guerra entre rebeldes y el gobierno para reforzar su influencia.

AFP