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Este artículo fue curado por pulzo   Jul 20, 2025 - 10:40 am
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Este domingo se cumplen seis meses del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Aplicando su programa al pie de la letra, el presidente republicano ha puesto patas arriba Estados Unidos, con un giro autoritario facilitado por el Tribunal Supremo y un Congreso amordazado. Romuald Sciora, investigador asociado y director del Observatorio Político y Geoestratégico de Estados Unidos en el IRIS, hace un balance para RFI.

Por Achim Lippold

RFI: Usted, que vive en Estados Unidos, ¿cómo cree que ha cambiado el país desde que Donald Trump volvió al poder?

Romuald Sciora: Antes del regreso de Donald Trump, yo decía que en dos años Estados Unidos iba a parecerse más a la Hungría de Victor Orban que a la América de Obama o de Kennedy. Pero me equivocaba: no han hecho falta dos años, sólo unos meses.

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El balance es preocupante, y los ataques a la democracia son múltiples. La Administración Trump-Vance ha cercenado las prerrogativas del Congreso en beneficio de la Casa Blanca, con el apoyo de la mayoría republicana. El poder judicial ha sido parcialmente secuestrado por el ejecutivo. Incluso el Departamento de Justicia ha perdido su independencia. Además, se han cerrado agencias federales, se ha metido en cintura a universidades públicas y privadas y se ha intimidado a los principales bufetes de abogados. No habíamos visto nada igual desde los años treinta. Ni siquiera Victor Orban se atrevió a llegar tan lejos.

Tomemos como ejemplo la Universidad de Columbia, donde tiene su sede el Observatorio de Estados Unidos que yo dirijo. Algunos departamentos están ahora bajo tutela. Está prohibido enseñar teoría crítica de la raza o teoría de género. Se ataca a los medios de comunicación públicos, se cierran canales públicos y se está suprimiendo el Ministerio de Educación. Y el Tribunal Supremo se alinea cada vez más con Trump: acaba de retirar a los jueces federales la capacidad de bloquear decisiones presidenciales a nivel nacional.

Así que sí, Estados Unidos se parece cada vez más a la Hungría de Viktor Orban. Peor aún, porque Donald Trump no tiene ningún contrapeso internacional por encima de él. Viktor Orban, en cambio, tiene a la Unión Europea.

RFI: Donald Trump está aplicando su programa al pie de la letra. Desde su punto de vista, estos primeros seis meses han sido un éxito, ¿no? 

Sí, Trump puede decir que ha tenido éxito, desde el punto de vista de sus votantes y de su Administración. Ha demostrado que, con voluntad política, es posible reformar rápida y brutalmente. Ha cerrado agencias, recortado drásticamente presupuestos y despedido a miles de funcionarios, como prometió. Ha lanzado una guerra económica contra sus socios históricos. Catastrófica a medio plazo, pero anunciada. Ha aprobado una reforma presupuestaria acorde con sus compromisos.

En los grandes temas sociales, prometió prohibir el acceso de los transexuales al ejército: ya está en marcha. Hizo del inglés la lengua oficial, un error en mi opinión, pero de nuevo una promesa cumplida. Trump también prometió someter al poder judicial a su autoridad: el Tribunal Supremo acaba de restringir los poderes de los jueces federales. Así que creo que es justo decir que, en términos generales, ha implementado su programa.

RFI: Sin embargo, la economía muestra signos de fragilidad: persiste la inflación, hay escasez de mano de obra agrícola debido a las expulsiones masivas y los precios siguen subiendo… ¿la situación, empieza a cambiar?

En realidad, la fachada económica es engañosa. Donald Trump presume de un mercado laboral dinámico, con 150.000 nuevos empleos creados cada mes y una tasa de paro del 4,1%. Pero el 70% de estos empleos son precarios, sin cobertura sanitaria, sin vacaciones pagadas, con horarios insoportables y salarios de miseria. Son empleos que ni un europeo ni un canadiense aceptarían. A la primera señal de crisis financiera, estos trabajadores serán los primeros en ser despedidos. El crecimiento, aunque todavía presente, se va a ralentizar. El propio FMI advierte de que la inflación persistente, el proteccionismo y los desequilibrios presupuestarios están minando la economía estadounidense.

RFI: en seis meses con Trump: una economía resistente pero una inflación al alza

Tras las doradas promesas sobre la inteligencia artificial y el «drill baby drill» de Donald Trump, la economía estadounidense navega entre el optimismo y la incertidumbre. El índice de precios al consumo ha subido. Era de esperar, como consecuencia de los aranceles de Donald Trump. A pesar de ello, la economía estadounidense aguanta bien, el consumo resiste y el precio de la gasolina, que ha vuelto a caer al nivel de hace cincuenta años, ayuda. 

En los mercados bursátiles, tras el desplome de abril, los principales índices baten ahora récords. El optimismo renovado se ve alimentado por los buenos resultados publicados por varias grandes empresas estadounidenses, como PepsiCo y United Airlines. Los analistas señalan que la baja tasa de desempleo pregonada por Trump oculta un gran número de empleos precarios, y que la política migratoria del presidente estadounidense también podría tener un gran impacto en la economía del país.

Por su parte, el FMI pide a Estados Unidos que reduzca su déficit presupuestario y haga frente a su «creciente carga de la deuda», mientras Trump planea recortes fiscales radicales. El hecho de que los nuevos aranceles entren en vigor el 1° de agosto sigue creando incertidumbre.

La Reserva Federal estadounidense está esperando para poder evaluar el impacto (de los nuevos aranceles) antes de ajustar su política monetaria. La Reserva Federal es más bien pesimista y prevé que el crecimiento podría reducirse a la mitad este año.

RFI: de hecho, ¿sigue siendo fiel su base electoral, la famosa «MAGA», a pesar de las tensiones surgidas por el caso Epstein?

¿El caso Epstein? Se olvidará rápidamente, no dejará ningún rastro. A los ojos de la base MAGA, Donald Trump es una historia de éxito: reformas sociales, lucha contra la inmigración, política exterior ofensiva. Más recientemente, la guerra relámpago en Irán sin que se le complicara, una postura triunfante en la cumbre de la OTAN y una postura endurecida con respecto a Ucrania que parece allanar el camino para un alto el fuego que beneficiará a Rusia. Y la famosa reforma presupuestaria en forma de «One Big Beautiful Bill». La única amenaza para él sería un fracaso económico perceptible para su electorado.

RFI:¿Así que por el momento Donald Trump es el rey absoluto de Washington?

Sí, hoy reina en Washington. Pero no debemos olvidar que el Donald Trump de 2025 no se parece en nada al Donald Trump de 2017. En aquel entonces, estaba mal preparado, sin una espina dorsal política y rodeado de principiantes. Desde entonces, se ha radicalizado. Se ha acercado a la derecha ultraconservadora estadounidense, una extrema derecha muy diferente de la que conocemos en Europa. Figuras como Stephen Miller, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, y J.D. Vance, su vicepresidente, tienen un plan claro para convertir Estados Unidos en una república semiautoritaria, a la Orban o la Putin. En el plano internacional, el objetivo es desmantelar el sistema multilateral heredado de 1945.

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