La razón de esa peligrosidad, agrega el diario conservador, es que el régimen “consciente de que sus días están contados e impulsado por el gran temor de tener que enfrentarse en el corto plazo a una verdadera justicia local o a la implacable internacional, no piensa ya respetar ningún límite para esquivar un desenlace que, en su fuero más íntimo, sabe que es inevitable”.

Lo grave de la radicalización de la dictadura es que esa actitud “abre cada día la necesidad de contemplar alternativas más duras para removerlo de una vez por todas”, agrega ese medio.

Por eso, considera que la reunión de este lunes del Grupo de Lima “debe ir más allá de anteriores citas en las que se sentaron las bases para empezar a debilitar al régimen chavista. […] Es necesario apretar aún más el cerco político, diplomático, jurídico, económico y humanitario sobre Maduro y compañía. No hay que darle ninguna posibilidad de respiro ni opción de diálogo, pues solo utilizará esa alternativa para buscar aferrarse aún más al poder”.

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Otro medio que no ve fácil un cambio en Venezuela es El Colombiano, que, en su editorial, asegura que “el desespero del régimen de facto de la cúpula chavista que todavía controla las fuerzas armadas, el poder electoral y la reducida explotación petrolera, no servirá para facilitar el camino hacia esa transición”.

“Por el contrario, han demostrado, y de forma aún más visible en estos últimos cuatro días, que están dispuestos a radicalizar las expresiones más brutales a las que acuden los déspotas que presienten que se enfrentan a las horas finales del sistema de mando que les aseguró impunidad y ausencia de contrapoderes”, analiza el diario antioqueño.

Aunque Maduro lo niega, “creó las condiciones para ese acto de torpeza y brutalidad que fue quemar dos tractocamiones que lograron pasar. Esto, con los nuevos muertos, seguramente se traducirá en mayor aislamiento”, advierte, por su parte, El Tiempo.

En tanto, para El Espectador, “los deplorables acontecimientos ocurridos en la frontera venezolana con Colombia y Brasil, cuando se trató de ingresar ayuda humanitaria esencial, demostraron una vez más el talante violento de la dictadura de Nicolás Maduro”.

“Reprimir a quienes buscaban llevar alimentos y medicinas, con un lamentable saldo de muertos y heridos, así como quemar los camiones, radicaliza a un régimen que no tiene cabida en una sociedad democrática de naciones”, coincide este diario capitalino con los editoriales de los ostros periódicos. Pero advierte: “Se deben agotar todas las instancias. La salida no parece ser una intervención militar en el país vecino. El remedio puede ser peor que la enfermedad”.